Sobredosis de cocaína. Cigarrillos de marihuana. Torturas. Violación, incluso con objetos. El ataque, aberrante, fue insoportable para Lucía Pérez, que apenas tenía 16 años. En medio de la confusión, los homicidas intentaron un último plan para salvarse el pasado sábado: creyéndola viva, lavaron el cuerpo y la llevaron a una sala de primeros auxilios en Playa Serena, Mar del Plata, y allí intentaron argumentar que ‘se había desplomado por una sobredosis’. Pero como la autopsia reveló que hubo mucho más que un consumo inusual de drogas, esos dos sujetos que trasladaron a la chica fueron detenidos.
Son Matías Farías (23) que había conocido a Lucía la mañana del último sábado y la invitó a su casa (allí ocurrió todo) y Juan Pablo Offidani (41) hijo de un conocido escribano de Mar del Plata.
Los capturaron el día después del crimen, en la misma camioneta en que llevaron a la chica. Allí tenían medio kilo de marihuana y dinero ya que, al parecer, se dedican a la venta de drogas.
En la investigación encarada hasta ahora, trascendió que en el allanamiento de rigor en la casa de Farías se encontraron tres preservativos usados. Dato que para los pesquisas, indica indudablemente que hubo un tercer sujeto.
‘Ahora estoy más tranquila porque le pedimos que no salgan más (de la cárcel) y me respondió que van a hacer todo lo posible y respetuosos de lo que la Justicia diga‘, dijo ayer Marta Montero, quien fue con su esposo Guillermo Pérez, a ver al ministro de Justicia, Germán Garavano.
