Al menos cuatro cazadores furtivos son buscados por una matanza de guanacos. La banda, que se movilizaba a caballo, fue interceptada por una patrulla de inspectores de Conservación y Áreas Protegidas el domingo a la noche en una huella al Norte de Albardón y escaparon a campo traviesa en medio de la oscuridad. Como huyeron al galope, dejaron abandonados tres animales de carga que traían equipos de campamento y cuatro guanacos asesinados y despostados.

Los cazadores contaban con ventaja, por eso escaparon del asedio de los inspectores de la Dirección de Conservación y Áreas Protegidas. Porque si bien éstos últimos se movilizaban en una camioneta 4×4, los desconocidos andaban a caballo y eso les permitió internarse por terrenos de difícil acceso. Además, aparentemente llevaban armas largas, lo que tornaba peligrosa la persecución, comentó Raúl Coll, uno de los encargados de la patrulla.

Un rato antes, alrededor de las 20 del domingo, otra patrulla de inspectores ya había demorado a dos hombres que venían por el camino de Mogna, a los que les incautaron cuatro jaulas y tres pájaros. La situación fue diferente para Raúl Coll y otros dos compañeros que, a eso de las 23, recorrían una huella de El Salado -al Norte de Albardón- cuando divisaron una luz a la distancia. Después descubrieron que era gente a caballo. Sospechando que podían ser cazadores, los inspectores se ocultaron y los esperaron. Cuando los desconocidos estuvieron a 15 metros, los agentes del gobierno prendieron las balizas de la camioneta y les dieron la voz de alto. Eso provocó el desbande, los sujetos salieron galopando en cuatro caballos y dejaron sus animales de carga. "Fue imposible detenerlos. No podíamos seguirlos en la camioneta. Hubiera sido una inconciencia perseguirlos, seguro iban armados y corríamos mucho riesgo", contó Coll.

La mula y los dos caballos que abandonaron, cargaban distintos bultos: entre esas cosas hallaron alforjas, ropa, colchones y otros elementos de campamento, y lo más grave es que traían cuatro guanacos sacrificados. Los animales tenían disparos de armas largas de grueso calibre, explicaron. Todo fue llevado a la Seccional 18va. de Albardón, donde se abrió una causa contravencional. Los policías de esa dependencia, a cargo del comisario inspector Eduardo Albarracín, buscaban pistas para localizar a los cazadores furtivos. Por ahora, se sabe que los caballos no tienen marcas y la mula tiene una sobremarca, lo que hace difícil poder identificar a sus dueños. Los restos de los guanacos fueron llevados al Parque Faunístico.