El contador jubilado Sabino Vargas (66) trabajaba en su notebook mientras su mujer regaba las plantas, y entraba y salía de su casa en el loteo ‘La Porfiada‘, en Ruta 40 al Norte de calle 14, en Pocito. Eran alrededor de las 22 del miércoles. En medio del trajín la mujer se quedó un momento adentro por una noticia que le interesó en la TV. Y fue ahí que la inquietó ver pasar por la ventana a un sujeto encapuchado. En el acto le avisó a su marido, pero cuando Vargas se paró para ver qué pasaba, el ladrón ya había traspasado la puerta y le puso el arma en la cabeza. No hubo tiempo para ninguna reacción: enseguida entraron otros dos delincuentes más, también armados y encapuchados, que los obligaron a tirarse al piso y entregar la plata.
‘Ésa no‘, le dijeron a la mujer del profesional cuando les señaló algunos pesos que habían quedado en la cocina. Instantes después la dueña de casa los convencía para que les sacaran las cintas adhesivas con las que habían sujetado sus piernas y sus manos atrás de su espalda (igual que a su esposo) para llevarlos al dormitorio de la planta alta donde tenía algunos ahorros y el dinero con el que pensaban pagar sus cuentas: unos $20.000, precisó ayer Vargas.
De todos modos, los delincuentes revolvieron todo en busca de más valores. Y al cabo de una hora, cuando se convencieron de que no conseguirían más, se apoderaron de un par de televisores (de 55 y 42 pulgadas) la notebook del contador, una cámara de fotos y los anillos de casamiento del matrimonio.
También le pidieron las llaves de su auto, un Citroën C4 negro, y huyeron con el botín en ese vehículo con la promesa de dejarlo abandonado por ahí. Sin embargo al cierre de esta edición el rodado no había sido localizado.
‘En un momento uno de los tipos nos dijo que robaban porque no tenían planes sociales, nosotros le dijimos que tampoco, que lo que tenemos lo conseguimos con años de esfuerzo. Estuvieron como una hora adentro y aunque se los veía nerviosos no nos golpearon. Es la primera vez que sufrimos un robo tan violento‘, dijo ayer Vargas.
Y agregó: ‘Yo creo que esto es fruto de la desigualdad que existe en nuestro país entre pobres y ricos, y es necesario achicar esa brecha para ver si contribuye a que haya menos robos‘.
Anoche, en la Policía confiaban en resolver el caso.

