Bajarse del colectivo y caminar esos 700 metros hasta su casa era una rutina de casi todos los días para Rafael Arnaldo Miranda Morales (28). Pero en la noche del último domingo no pasó del intento, porque lo atropelló el conductor de un auto y lo mató, con el indignante agregado de que luego de arrollarlo se dio a la fuga.

La víctima era changarín, estaba en pareja y tenía cuatro hijos (11, 8 y mellizos de 2 años). Con ellos vivía en el asentamiento La Paz, en Rivadavia.

Rafael Arnaldo Miranda Morales tenía cuatro hijos menores de edad y era changarín.

La desgracia ocurrió cerca de las 21.30, cuando Miranda regresaba de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, donde los fines de semana ganaba unos pesos cuidando coches. Según fuentes judiciales, el hombre bajó del colectivo línea 44 de la Empresa Mayo frente al Barrio Valle Grande de Rawson, donde termina el recorrido. Y enfiló a pie por Agustín Gómez hacia el Oeste, rumbo a su vivienda. Lo peor sucedió cuando caminó unos 200 metros, porque pasando Chacabuco fue embestido desde atrás por un vehículo que continuó su marcha como si nada hubiese pasado. "Quedó abajo del auto, lo arrastró varios metros y siguió", dijo uno de los amigos de Miranda. Ayer varios se reunieron afuera de su casa para recordar anécdotas, pero más que nostalgia o dolor, lo que reinaba en el aire era bronca. "Ha dejado a cuatro niños chiquitos sin padre. Era muy trabajador el Rafa, ha laburado también en los hornos de ladrillos. Era muy servicial, acá al que se le cortaba la luz siempre lo llamaba y se encargaba de arreglarlo sin cobrar nada", recordó otro.

La hipótesis de los pesquisas es que el homicida continuó por Agustín Gómez, pasó Pellegrini (en esa esquina hay un puesto policial) y se perdió por alguna otra calle. Si bien no había certezas, la versión que entregaron los vecinos indica que conducía un Renault 12 color celeste o crema. Hasta anoche continuaba prófugo.

"En algún momento iba a pasar. Esa calle es re mil angosta y no tiene ni un veredín. Cuando vas caminando te pasan los vehículos por al lado, tienen que hacer algo urgente", se quejó un vecino. Otra que se mostró indignada fue Tamara, cuñada de la víctima. "Tenemos mucha tristeza, mucha bronca. Ni a un perro le hacen eso… no tiene perdón", lamentó.

En caso de que el homicida sea descubierto o decida entregarse, le imputarán un homicidio culposo que tendrá de mínima un agravante, por haberse dado a la fuga sin socorrer a la víctima.