El colectivo -según fuentes judiciales- aseguró que cuando circulaba hacia el Norte, alcanzó a ver al hombre tirado en el asfalto y lo esquivó. Paró poco después, en inmediaciones del cruce de la Ruta Nacional 20 y la provincial 270, en La Chimbera, 25 de Mayo. Ahí pararon también otros conductores, uno de los cuales le dijo que él no había podido evitarlo, lo atropelló y lo arrastró varios metros (unos 20). Entonces el colectivero llamó al 911 para contar sobre la situación y continuó su camino, pero no pasó del El Encón. Tampoco el hombre que le había dicho que él no pudo evitar el impacto y, sin embargo, también continuó su rumbo porque iba a Córdoba con su esposa, indicaron los voceros.
Ese hombre fue identificado como Carlos Mauricio Ibáñez, conducía una VW Amarok de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación. Y quedó detenido cuando el fiscal coordinador, Francisco Micheltorena, y el ayudante fiscal, Francisco Nicolía, llegaron hasta el control de El Encón (en el lugar del siniestro trabajó el ayudante fiscal César Recio), para secuestrar el colectivo y el teléfono del chofer, como también la Amarok que guiaba Ibáñez a la que enseguida los peritos policiales le encontraron restos de sangre en la parte inferior.
El trágico siniestro ocurrió alrededor de las 7 de ayer, cuando la zona estaba oscura.
Y todo parecía indicar que la víctima, identificada como Juan David Erazo (49 años), estaba tendido, tal vez dormido, con parte de su cuerpo en el carril oeste de la Ruta 20. El hombre, oriundo de Angaco, había estado en un festival de doma y no se descarta que se hubiera tirado en el asfalto a causa de su ebriedad, indicaron.
Según fuentes judiciales, ayer, el médico que realizó la autopsia había determinado que Erazo no estaba muerto cuando fue embestido, que falleció precisamente a causa del accidente y que las lesiones que presentaba en su cuerpo y los daños en su ropa, indicaban que pudo ser un solo vehículo el que lo atropelló.
Fiscalía analiza ahora la conducta de Ibáñez, porque podrían atribuirle un homicidio culposo (matar sin tener esa intención) que podría agravarse, pues una primera lectura de su actuación, parece indicar que quiso darse a la fuga.