El domingo fue el último día de Gloria Rojas (ama de casa jubilada, 66 años). Ese día sorteó dos paros cardíacos pero no sobrevivió al tercero. Y en poco más de un mes su familia pasó de convivir con la amargura de saberla en estado vegetativo por un golpe en la cabeza durante un frustrado ataque de motochorros cerca de su casa en Rivadavia, a la implacable y dolorosa realidad de ya no tenerla: Gloria pasó a ser víctima de un homicidio.
Porque eso significa legalmente la muerte de Gloria, ocurrida a las 20.50 del domingo pasado. La mujer vivía con su hija Liliana, su nieta y su bisnieto en Mariano Moreno e Ituzaingó, Rivadavia, desde donde se las ingeniaba para no quedarse quieta y acercar algunos pesos a su casa.
Gloria cuidaba enfermos, ponía inyecciones, tomaba la presión, cortaba el pelo, hacía rulos. Y su motito o su bicicleta eran sus aliados infalibles en su diaria misión de enfrentar la vida.
Precisamente en bicicleta iba cuando la atacaron dos motochorros. Fue el 19 de mayo pasado en la tarde, a una cuadra de su casa, sobre calle Mariano Moreno. Esa vez se atravesó una riñonera con unos 12 pesos sobre el pecho y le dijo a su hija que se iba a comprar viruta para sus plantas. Instantes después, Liliana se espantaba con verla tirada en la calle, víctima de dos motochorros que la habían derribado violentamente de la bicicleta en su afán de quitarle la riñonera, aunque al final huyeron sin robarle nada.
Desde entonces la amargura y la indignación para su familia. Y un trabajo a destajo de los policías, que luego de varios intentos al final dieron con el posible sujeto que hirió letalmente a la jubilada: Rodrigo ‘El Zanahoria’ Díaz (18) apresado el 6 de junio pasado en el barrio Aramburu, Rivadavia, por policías de Robos y Hurtos. Para los policías este joven está complicado porque hay dos testigos que lo señalan.
‘Nos dijeron que este hijo de p… se confesó culpable, pero no me explico por qué no lo mandan al Penal. Tampoco entiendo por qué el juez o quién sea no hace nada para que el otro asesino vaya preso… saben quién es y sigue libre’, dijo Liliana, indignada.

