La cabeza llena de lastimaduras. Uno de sus ojos tapado por una de las gasas que ocultaban los cortes en su cara. Y las lágrimas de Ricardo Torres, un joven de 28 años que padece un retraso mental leve, evidenciaban la ferocidad del ataque del que fue víctima. Es que un precoz asaltante de 16 años, armado con una navaja, se metió ayer en la madrugada por el patio de su casa de Concepción, para robarle un celular y 12 pesos. Ese ladrón, maniató de pies y manos a su víctima que luego pudo zafar para enfrentar a su captor. Ahí empezó una pelea por sobrevivir. El asaltante trató de apuñalarlo varias veces causándole heridas que casi le sacan los ojos o algo mucho peor. Tras el ataque, el agresor escapó, pero fue detenido por la policía a unas cuadras con el magro botín.
Todo sucedió ayer a la 1:30 en la casa donde Ricardo habita solo desde hace 8 años, sobre calle Tucumán 1106 Norte en Concepción, Capital. Allí llegó cuando quiso independizarse de sus padres y subsiste vendiendo sandwiches. Su rutina de vida es tranquila, pero ayer dejó de serlo.
Según la víctima, estaba limpiando la cocina cuando el ladrón lo sorprendió. De inmediato, lo agarró del cuello y lo sentó en una silla a punta de navaja. Lo ató a una silla con un alargue y se fue a revisar su casa.
Ese fue el momento en que aprovechó para desatarse. El ladrón regresó y comenzó a atacar al dueño de casa. Desesperado, trató de frenar los puntazos con sus manos pero algunos dieron en su cara, cuello y en su hombro izquierdo. Así siguieron combatiendo dramáticamente a los gritos por el patio hasta que un vecino escuchó la pelea y "pegó un grito". Ahí, el asaltante escapó, pero fue capturado a las cuadras por la policía y les secuestraron el arma, el celular y los 12 pesos robados, dijeron.
"Tengo miedo porque vi que me quería matar. Si me quedaba quieto me robaba todo o creo que podía llegar hasta matarme si no me defendía. Fue algo muy feo", dijo entre lágrimas Torres.
