La fábrica de hielo donde trabajaba el sospechoso y sus víctimas. El dueño del lugar dijo que el homicida era muy reservado.

Vivía solo y era muy reservado en su trabajo, al punto de que su patrón en la fábrica de hielo recordó que casi no hablaba. Pero ayer en la mañana, ese hombre de 41 años en apariencia inofensivo, descargó su descontrolada furia y protagonizó uno de los hechos criminales más sonados en Córdoba. Con un arma de fuego, mató de un disparo en el rostro al más antiguo empleado de esa empresa, liquidó con otro tiro en la nuca al hijo de este hombre. Y a un tercer empleado le clavó una tijera en el cuello; no lo mató a tiros porque se hizo el muerto.

Luego de cometer el violento ataque, José Gustavo Suárez (41) llamó a la Policía, les explicó lo que había hecho porque estaba cansado de que se burlaran de un problema físico que tiene y se entregó sin oponer resistencia, informaron los diarios de Córdoba.

El hecho se registró en la fábrica de hielo ‘Polarcito’, situada en Argandoña al 2800, del barrio San Vicente, en el sudeste de la capital provincial.

La policía identificó a las víctimas como Ramón Rojas (55) quien trabajaba en la fábrica desde que se creó, en 1994. Y su hijo Damián (30).

El menor de los Rojas no era empleado, pero concurría a diario a la fábrica porque usaba una de las dos camionetas de su padre para hacer repartos.

El tercer trabajador que se salvó de milagro fue Hugo Herrera (50). La versión que trascendió fue que Herrera intentó evitar el ataque de Suárez, pero recibió un tijeretazo en el cuello y se hizo el muerto al caer el piso. Fue una decisión oportuna, porque Suárez lo pateó y al ver que no se movía desistió de atacarlo a tiros, indicaron. A pesar de la versión atribuida al homicida, su patrón negó que lo molestaran. Ahora, Suárez será indagado por doble homicidio agravado.