El tribunal de la Sala I de la Cámara Penal resolvió ayer en la tarde que solo dos de los tres acusados de matar de dos cuchillazos a un chico al que le atribuían haber robado un celular, son responsables por ese homicidio simple ocurrido el 12 de octubre de 2014 en un descampado entre los barrios San Francisco II y Nueva Argentina, Chimbas. Los jueces Juan Carlos Caballero Vidal (h), Silvia Peña Sansó de Ruiz y Raúl José Iglesias, creyeron probado que Oscar Armando ‘Panci’ Calívar (25) fue coautor de ese crimen y lo condenaron a 11 años y 6 meses de cárcel. Y dieron por cierto que su cómplice fue Miguel Romero, al que declararon responsable por ser menor (tenía 17 años), y por eso enviarán la causa a la Justicia de Menores para allí apliquen medidas socioeducativas, lo examinen y lo sancionen si acaso lo consideran necesario (ver Un chico en problemas).
En su resolución, los jueces absolvieron por el beneficio de la duda a Walter David Zabaleta (24). Su defensor Gustavo de la Fuente, había pedido la absolución ‘lisa y llana’ por entender que su cliente jamás participó.
Por la mañana, durante los alegatos, el fiscal Gustavo Manini entendió que los tres acusados estuvieron involucrados en el crimen de Marcos Bustos (16). Y por eso pidió que declararan responsable al menor, y condenaran a 15 años a Calívar y 13 a Zabaleta, por un homicidio simple agravado en su pena por la participación de un menor.
Para la fiscalía, quedó probado que esa noche hubo tres cruces entre Bustos y sus contrincantes. El primero cuando robó el celular a Calívar en el kiosco del padre de Zabaleta. El segundo cuando volvió con un palo, le dañó el auto al comerciante y se peleó con Calívar y Romero, hasta ser rescatado por su madre. Y el tercero, cuando escapó de su mamá, volvió a la pelea y fue su fin, porque Zabaleta le pasó al menos un cuchillo a sus amigos; Calívar sujetó al menor y Romero le asestó dos cuchillazos en ambos costados del tórax: uno con una profundidad de 13 centímetros en el lado derecho. Y el otro en el costado izquierdo que fue letal, porque perforó 18 centímetros en su cuerpo y le atravesó un pulmón y el corazón.
Sin embargo un análisis muy distinto de la prueba y del hecho tuvieron los defensores. El defensor de Calívar, Juan Carlos González Riurtort, había pedido la absolución luego de cuestionar los testigos en los que apoyó fiscalía, a los que consideró ‘reticentes y contradictorios’.
El defensor oficial de Romero, Marcelo Salinas, también pidió la absolución de su defendido, luego de citar la versión de dos testigos que escucharon decir a Bustos, antes de morir, ‘el Panci me pegó’.
El fallo aún no está firme.
Un chico en problemas
Miguel Romero, alias ‘Miguelito’, había sido entregado a sus padres tras el crimen, por ser menor: tenía 17 años. Pero volvió a caer y ahora, ya con 18 años, quedó preso por portación de arma, dijeron fuentes judiciales. Su situación es complicada. Ayer la Asesora de Menores, Patricia Sirera, aseguró que tiene problemas de adicción a las drogas, está hipoculturizado y vive en un medio de riesgo: ‘Con él hacen falta alternativas de solución del Estado, que no se llevaron a cabo’, dijo.
Una situación similar por vivir en zonas marginales y sin contención familiar, atravesaba la víctima, Marcos Bustos. Tenía 16 años y ya había tenido enfrentamientos previos con el ‘Miguelito’, según el expediente. Marcos era sobrino de Estela Bustos, la mujer que el 25 de mayo de 2013, fue asesinada a golpes por su pareja Cristian Fretes, quien obligó a uno de los dos hijos que presenciaron la paliza letal a limpiar la escena del crimen y acomodar el cadáver.