Un matrimonio de comerciantes, sus dos hijos, un empleado y hasta un repartidor de productos lácteos fueron ayer víctimas de dos delincuentes que a punta de revólveres los amenazaron dentro de su negocio en Santa Lucía. Uno de los hijos de la pareja salió desesperado hacia el fondo para tratar de escapar y un asaltante amagó con dispararle. El atraco no dejó heridos y los desconocidos escaparon con poco más de 10.000 pesos en efectivo, según datos recogidos en el lugar.
No fue cualquier robo, los ladrones parecían ser profesionales. Es más, andaban en un vehículo y uno de los delincuentes aparentemente era un hombre mayor. Una de las dudas que quedaron flotando es si los sujetos venían siguiendo al repartidor para dar el golpe contra él o en realidad el objetivo era el negocio en sí.
Lo cierto es que eran minutos después de las 9 de ayer, cuando los dos asaltantes irrumpieron al mercado San Ramón en avenida Libertador, al Este de calle Santa María de Oro y cerca del Bº Natania XXIV, en Santa Lucía. Los delincuentes llevaban cuelleras para cubrirse los rostros y exhibieron revólveres, uno era plateado, dijeron las víctimas. Eso dejó mal parados y boquiabiertos a los dueños del negocio (un matrimonio de apellido Escobar), sus dos hijos jóvenes, un empleado y el repartidor de la firma La Serenísima. Este último fue identificado como Luis Ruiz, según la Policía.
Los dueños del negocio estaban asustados, igualmente relataron que el atraco duró pocos minutos y que los sujetos los encañonaron. El momento de más tensión fue cuando un hijo de la pareja, del pánico, salió corriendo hacia por una puerta lateral en dirección al patio que comunica a la casa y uno de los delincuentes apuntó para dispararle, pero después no gatilló.
Todos terminaron tirados en el piso, mientras los delincuentes sacaron la recaudación del negocio y la plata que llevaba el empleado de La Serenísima. En el comercio señalaron que sustrajeron 500 pesos de la caja y que al repartidor le sacaron 10.000 pesos. Por el contrario, la Policía afirmó que a la familia le robaron 2.000 pesos y al distribuidor unos 3.000 pesos.

