"Si hubiese sido un niño no sé como termina", dijo a este diario Adriana Mugnos, la arquitecta que en la tarde de ayer fue mordida por una perra pitbull en la puerta de su casa del Barrio CRAS, en Trinidad, Capital, ataque por el que tuvo que recibir puntos de sutura en el abdomen y una pierna.
La mujer relató que la perra es de un vecino que vive en la misma cuadra y que "anda por la calle, menos en la noche".
El lunes último Mugnos tuvo un primer episodio con el animal: cuando ella cruzaba la calle, la perra quiso atacarla pero no llegó a morderla. "La chica del kiosco me dijo que el sábado había mordido a su madre, y que uno de los proveedores le había reclamado que también había sido mordido por la perra", afirmó.
Esta vez el problema comenzó cuando la pitbull se la agarró con una perrita callejera que la arquitecta refugia en su casa. "El lunes le había mordido una patita desdé atrás de las rejas, quedó renga. Y ayer se metió a mi casa para volver a atacarla, pero yo logré sacarla. Le dije que se fuera y se salió", comentó.
Y agregó que por la ventana observó que en la plaza ubicada frente a su casa estaba la madre y la hermana del dueño de la perra, por lo que pensó que era una buena idea ir a hablar con ellas para contarles del peligro que significaba el animal para el barrio. "Pero cuando salí, la perra estaba escondidita detrás de un auto y apenas cerré la reja me agarró. Primero saltó, me mordió la panza y después la pierna. Si hubiese sido un niño le agarra el cuello", sostuvo.
Esa modalidad referida por la mujer remonta a la muerte de Lara Agüero, la pequeña de 9 años que murió en el Barrio Malimán de Rawson luego de que un pitbull la mordiera justamente en el cuello.
Mugnos fue trasladada en ambulancia hasta el Hospital Rawson, donde le hicieron siete puntos en la parte baja de la pierna derecha, y otro en el abdomen.
Antes de que la trasladaran, contó que en todo el tiempo en el que estuvo esperando la asistencia médica, las familiares del dueño de la pitbull "ni siquiera se dieron vuelta, ni me miraron, estuvieron tomando mates y siguieron conversando entre ellas. Después cuando una vecina fue a recriminarles, dijeron que ya habían llamado al dueño, como para lavarse las manos".
"El barrio es hermoso, la plaza está hermosa, está todo el día llena de niños jugando y es un peligro", se quejó.
La denuncia fue radicada en la seccional 3ra. Según la arquitecta, el dueño del animal, de apellido Torcivia, le dijo que ya se la llevó a una finca.
"Me alegro que ha sido esto y que no ha matado a nadie", cerró.