Una pelea entre dos familias del Bº El Molle en Rawson terminó con un hombre y su hijo discapacitado apuñalados. A uno le hirieron en el intestino, el otro recibió dos puntazos. Todo se habría suscitado porque molestaron a la hija y hermana de los heridos. Los otros denunciaron que en realidad los ahora agredidos empezaron a molestarlos y eso generó la gresca.
El incidente se produjo alrededor de las 2 de la madrugada de ayer en la manzana H de ese barrio situado cerca de calle 5 y calle Calingasta. La peor parte se la llevó Américo Olguín (38), a quien le dieron una puñalada en el abdomen. Este hombre tuvo que ser operado a media mañana puesto que le perforaron el intestino, contó su mujer, Silvia Malla. Su hijo Guido Yonatan Olguín (19), que tiene retraso mental, sufrió una herida cortante en la espalda, cerca de la cintura, y otra en el glúteo izquierdo, aunque no corría riesgo, dijeron en el Hospital Rawson, donde fueron atendidos.
Los supuestos agresores son de apellido Riveros, aunque estos también denunciaron a los Olguín, informó un jefe de la Seccional 6ta. Hay versiones cruzadas, dado que se acusan entre las dos familias.
Silvia Malla relató que sus vecinos siempre los molestan, en especial a su hijo discapacitado. Según ella, el problema se desató cuando una de sus hijas llegaba a su casa y empezó a recibir insultos y palabras obscenas en la calle por parte de los jóvenes que viven enfrente. Eso habría enfurecido a su hermano Yonatan, que salió a defenderla y ahí se desató la pelea. Después intervino Américo Olguín, su hermano Luis y otro hijo llamado Brayan que estaban tomando a unos metros de distancia. Del otro lado eran varias personas y alguien sacó un cuchillo con el que agredieron a los Olguín. En medio del enfrentamiento, Silvia Malla arrojó agua caliente contra sus vecinos, provocando algunas quemaduras a un adolescente de 15 años, informaron en la Policía. Hasta anoche, no habían detenidos hasta tanto no aclaren qué sucedió, explicaron. La familia Olguín abandonó la casa y ahora no quieren regresar por miedo a que vuelvan a atacarlos.