A medida que se conocen más datos y surgen nuevos nombres en la investigación por la denominada "mafia de las 4×4", hay algunos que siguen deshaciéndose de pruebas que los involucren. Eso es lo que intentaron hacer los que ayer de madrugada dejaron abandonada una camioneta Toyota en medio del campo, en Médano de Oro. La policía constató que le faltaban la patente, algunas piezas y además habían cuatro motores en la caja. No fue la única novedad del día. Los pesquisas detuvieron al dueño de un negocio de reparación y alquiler de vehículos, que quedó vinculado en la causa por la Toyota Hilux que fue hallada "tirada" el miércoles último en Trinidad. Paralelamente, otro empresario presentó un pedido de eximición de prisión a la juez María Inés Rosselot para no ser detenido. Esto, después de que los investigadores comprobaran que la camioneta secuestrada en su negocio era robada.
Mientras más hurgan los policías, saltan más implicados en la causa por el robo de automotores, venta de vehículos "mellizos" y de autopartes que hasta ahora tiene 8 personas detenidas -tres fueron liberados ayer- y prófugo al principal sospechoso, Guillermo Criscuolo.
Hay quienes, para despegarse, empezaron a sacarse de encima cosas comprometedoras. Así fue que el lunes, apareció abandonada una Toyota Hilux en Calingasta. El miércoles, se encontró otro rodado de la misma marca "tirado" en Trinidad. Ayer por la tarde, los investigadores policiales dieron con otra camioneta que fue dejada de madrugada en medio del campo, a un costado de calle América, en Médano de Oro.
Un llamado anónimo alertó sobre la presencia de ese vehículo. Cuando llegaron los pesquisas, incluso el propio Jefe de Policía Miguel González, descubrieron que era una Toyota Hilux modelo viejo, en cuya compuerta de la caja decía "perforación". Eso era indicio de que estuvo en alguna empresa minera. Le habían roto los vidrios, le faltaban partes del tablero y en la caja tenía dos motores armados y otros dos semidesarmados. Creen que esa camioneta estaba en un taller y la llevaron hasta ese lugar inhóspito de Rawson para sacársela de encima antes que les cayera la policía.
Por otro lado, como parte de los procedimientos ordenados ayer por la juez María Inés Rosselot, la policía allanó un negocio de calle O’higgins en Trinidad y detuvo al empresario Pablo Chatard, informaron fuentes judiciales y policiales. La Brigada de Investigaciones llegó ahí tras comprobar que la camioneta Toyota Hilux, que apareció abandonada el miércoles en Trinidad y que resultó ser robada, había estado en poder de esa firma llamada Full Track 4×4, reveló un investigador. Existiría documentación que acredita que una mujer de ese negocio, de apellido Barud -sería nuera de Chatard-, supuestamente cedió ese vehículo en alquiler a una empresa. Esa señora se salvó de la detención porque no estaba. Y como Pablo Chatard tendría una sociedad con ella, además es dueño del local, la policía lo detuvo a él para ver qué vinculación tiene con la Toyota 4×4 robada. En el mismo operativo arrestaron a la contadora de la empresa, mientras anoche se decía que posiblemente iban a detener a Barud.
El que zafó que lo detuvieran es el empresario Pedro Ponte, dueño de Semisa, quien presentó un pedido de eximición de prisión en el juzgado, indicó una fuente judicial y policial. Es que la policía ya había solicitado su detención después de que comprobaran que la camioneta Toyota Hilux secuestrada el lunes en su negocio estaba denunciada como robada en Mendoza.
Ayer también empezaron las indagatorias a los detenidos. Los primeros en declarar fueron los hermanos Segundo y Argentino Albornoz, y Marta Araya, todos defendidos por el abogado Fernando Bonomo. Los Albornoz y Araya habrían dicho que eran simples caseros de la bodega Ansilta y la finca Los Caporales, y recibían órdenes de Criscuolo y Vignoli. Los tres fueron imputados del delito de encubrimiento y luego fueron excarcelados.
