La investigación para esclarecer si la joven caucetera Valeria Seares (23) se suicidó o fue víctima de un crimen, como se sospecha hasta ahora en el Primer Juzgado de Instrucción, se quedó sin detenidos. El juez Leopoldo Zavalla Pringles liberó a los cinco implicados que había, por la falta de pruebas firmes para sostener la más terrible de las teorías que se investiga: un homicidio agravado, informaron fuentes judiciales.

El cuerpo de Seares apareció, putrefacto, colgado de un algarrobo el 25 de noviembre de 2010, dos semanas después de su desaparición. Y la hipótesis de un crimen se había instalado desde que a la Policía llegó la versión de una maniobra espeluznante. Según ese relato, a Valeria le cortaron las falanges con sus huellas digitales para que no fuera reconocida. Le echaron ácido en su pecho y en su rostro con el mismo objetivo. Y fue abusada y sus genitales cubiertos con el pegamento ‘La Gotita’ antes de ser colgada.

A esa versión se sumó, luego, el relato del concubino de la víctima, Hernán Yacanto, quien habló de un ataque violento, con tintes pasionales, perpetrado por su ex mujer María Quiroga, con la complicidad de otras personas que la ayudaron a llevar el cuerpo en auto hasta el lugar donde colgaron a Valeria.

Por todos esos indicios, el fiscal Fabrizio Médici pidió profundizar la investigación y entonces el juez Leopoldo Zavalla Pringles ordenó apresar a Quiroga, a su hermana de 17 años, a una amiga, Flavia Páez y a su novio Jorge Andrada, y a otro vecino identificado como Gerardo Vargas.

Cada uno dio su versión desligándose por completo de una muerte violenta y hasta hubo careos en los que mantuvieron sus posiciones.

¿Cuál fue el resultado de las pericias? La autopsia reveló que la joven sufrió una asfixia por estrangulamiento pero no excluyó otra causa de muerte distinta al suicidio, dijeron fuentes judiciales. El forense, sin embargo, sí descartó que a la joven le hubieran cortado los dedos, que le echaran ácido o tuviera pegamento en sus genitales, dijeron las fuentes.

A esas pruebas se sumó una pericia negativa sobre restos de Valeria en el auto en que supuestamente la trasladaron. Y en los últimos días llegaron al juzgado informes que descartan la presencia de químicos tóxicos en vísceras de la víctima, precisaron las fuentes.

Toda esa evidencia instaló la duda en el juez, que paulatinamente otorgó la libertad a todos los implicados. La última en salir de prisión fue María Quiroga, que pasó más de dos meses detenida.

‘La hipótesis del suicidio es la que más se ajusta a los hechos. Así se desprende del informe del médico forense y de una nota que la víctima le deja a Yacanto diciéndole que se va para no molestarlo más. Por ahora no hay pruebas ni indicios de que mis clientes hayan cometido delito alguno y mucho menos un homicidio. Yo considero que deben ser sobreseídos’, dijo el abogado de los imputados, Faustino Gélvez.

Así, el final del caso sigue abierto.