Habían pasado unos minutos del 21 de abril de 2019 y en la casa de los Rojas, en el barrio Bernardino Rivadavia, en Rivadavia, Exequiel armó su cumpleaños de improviso con un puñado de invitados. Como siempre, al festejo quisieron sumarse los no invitados y fue un hermano del cumpleañero quien se encargó de ponerlos a raya, más aún cuando supo que uno de esos potenciales colados tenía una enconada rivalidad con uno de sus amigos. Quien quería meterse a la fiesta, a eso de las 4,30, era Gustavo Hernán Brizuela (20 años, alias "Quija" o "Diablo"). Su rival era Jonathan "Mel" Pérez (17).
Por ley, el juez no puede imponer una pena mayor a la acordada por las partes
Aquella madrugada, Brizuela no pudo ingresar a la casa, pero esperó con un primo en las afueras. Según la acusación, cuando Pérez supo que su rival había preguntado por él, salió y en segundos se trenzaron a las trompadas. Pero en cuestión de segundos también, terminaría llevándose la peor parte: esa madrugada Brizuela cargaba un gran cuchillo y le asestó varias puñaladas, tres de las cuales le dieron en el pecho y lo sentenciaron. Murió cerca de las 6,30 de aquel día.
"Me mandé una cagada. Yo me defendí", le escucharon decir a Brizuela aquella vez. Consciente de que quizá su destino estaba sellado, esa madrugada Pérez alcanzó a decir: "me dieron un viaje", y ya no se recuperó.
La teoría de la defensa propia fue uno de los argumentos de Brizuela para intentar aliviar su situación, pero las pruebas le jugaron en contra y terminó procesado por homicidio simple (penas de 8 a 25 años). Con esa acusación llegó a juicio y ahora aceptará que cometió ese delito en un acuerdo de juicio abreviado que firmó con su defensor Gustavo De la Fuente y la fiscal Marcela Torres. El juez Martín Heredia Zaldo (Sala I, Cámara Penal) será el encargado de decidir si acepta esa propuesta o no. Si lo hace Brizuela será condenado a 8 años.