Emiliano Jonathan Olivera (22 años, alias “Chueco”) admitió que mató de un tiro a un vecino suyo que lo acusaba de haberle robado un equipo de aire acondicionado en el asentamiento Pedro Echagüe, en Santa Lucía. Y aunque en un juicio abreviado celebrado con su defensor Jorge Olivera y la fiscal Leticia Ferrón de Rago, aceptaba 10 años y 8 meses de cárcel por el delito de homicidio agravado por el uso de un arma, el juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) se enroló en la posición de que no cabe aplicar ese agravante. En consecuencia, la sentencia que terminó dictando fue por una pena menor y finalmente lo condenó a 8 años y 6 meses por homicidio simple, dijeron fuentes judiciales.
Diego Manuel “Toto” Roldán (24 años, padre de tres hijos, remisero) murió por un certero balazo bajo su axila izquierda, sobre las 16 horas del 13 de febrero del año 2016.
Hasta ese mismo momento, no había forma de sacarle de la cabeza que había sido el “Chueco” Olivera (22), vecino suyo en el asentamiento, el sujeto que le había robado un equipo de aire acondicionado.
Tal era la fijación con el asunto, que desde la noche del 12 de febrero comenzó a beber con amigos en la Villa El Salvador de Chimbas, donde se había criado, y les comentó sobre el problema. Cuando amaneció, ya el 13 de febrero, invitó a dos de esos amigos hasta su casa en el asentamiento Pedro Echagüe y siguió bebiendo hasta que sus amigos se fueron. En eso que él también se iba en su Chevrolet Corsa, se topó con Olivera y fue su fin.
Según los testigos, Roldán acusó a Olivera, éste negó haber robado. Se amenazaron, incluso con usar armas, y fue Roldán en asestar la primera piña. Olivera retrucó la agresión y tumbó a su ebrio rival, pero no paró. Sacó una pistola calibre 22, le disparó en la axila izquierda, con una piedra le rompió la luneta al vehículo de la víctima y escapó.
Cinco días después lo hallaron en un barrio de La Bebida y entonces trató de acomodar los hechos a su favor: dijo que con Roldán eran amigos, que fue la víctima quien tenía el arma y que tal vez él mismo se disparó mientras forcejeaban. Las pruebas, sin embargo, revelaron que él quiso matarlo.