El juez de la Sala I de la Cámara Penal Miguel Dávila Saffe, desestimó ayer un acuerdo de juicio abreviado luego de que una auxiliar terapéutica de 47 años se arrepintiera de haberlo ratificado, informó ayer el defensor oficial Carlos Reiloba. El 7 de febrero pasado, la mujer reconoció que, en 2011, había permitido, facilitado y participado en las reprochables conductas de su entonces amante, para que fotografiara desnudas y manoseara a sus dos hijas menores, que tenían 11 y 13 años cuando su papá denunció, en noviembre de 2011. También admitió otros hechos igualmente corruptores del sano sentido del sexo en esas niñas, como obligarlas a ver cuando ambos mantenían relaciones sexuales.
El 7 de febrero pasado la mujer (no identificada para preservar a las víctimas) ratificó el acuerdo de proceso abreviado firmado a través de su entonces defensor oficial, Reiloba, con la fiscal Marcela Torres. Y aceptó la posibilidad de recibir 13 años de cárcel (su presunto cómplice ya había sido condenado a 12 años) por corromper a sus hijas.
Así, parecía cerrar un largo caso, pues había sido declarada prófuga en mayo de 2012 y recién fue capturada en diciembre de 2019.
Pero luego del abreviado ocurrió lo inesperado. Al otro día se arrepintió y así lo hizo saber a través de su psicólogo del Penal de Chimbas, que atestiguó haber escuchado a la mujer quejarse del asesoramiento legal que tuvo. Decir que es inocente y que tiene pruebas para demostrarlo.
Entonces el propio Reiloba pidió anular el juicio abreviado, por entender que pudieron existir dudas en la acusada y que esas dudas habilitaban a pensar que quizá su consentimiento pudo estar viciado o no ser libre.
Reiloba también pidió ser apartado de la defensa de esa mujer, por sus "actitudes desleales" y por haberse quebrado la confianza necesaria para su actuación, con el hecho no cierto mencionado por la imputada de que no la asesoró.
La fiscal Marcela Torres adhirió al pedido de Reiloba de ser apartado de la defensa. Pero pidió rechazar la anulación del abreviado, por varios motivos. Así, negó que la voluntad de la mujer hubiera estado viciada; remarcó que fue ella la que pidió el abreviado y jamás fue obligada o inducida por error a firmarlo, pues durante el proceso siempre contó con el asesoramiento legal de tres defensores oficiales y uno particular. También enfatizó que tuvo varias oportunidades de presentar pruebas y nunca lo hizo.
Ayer, el magistrado adhirió a los planteos de Reiloba: lo apartó la defensa (la mujer podrá tener defensor particular u otro oficial) y desestimó el acuerdo de juicio abreviado, para no vulnerar los derechos del imputado y su decisión voluntaria de someterse a un juicio común, en el que, se supone, presentará pruebas para demostrar su inocencia. La duda que sobrevoló ayer en Tribunales está en saber qué pasaría si la acusada vuelve arrepentirse y pide otra vez cerrar el caso con un juicio abreviado.

