Que no la acompañó a una escribanía para elaborar un escrito en el que su hija niega que su padrastro la hubiese violado y embarazado, admitiendo que todo fue consentido. Que tampoco le dijo que debían hacer eso para sacarlo de la cárcel, ni que era necesario para que ella pudiera sobrellevar su complicada situación económica y así pudiera mantener a los dos pequeños hijos que tuvo del sospechoso. El punto más relevante en la declaración de la mujer, fue lo que piensa del caso: ‘no sé, porque primero (mi hija) me dijo que fue violada y luego que todo fue consentido, que tenían una relación de dos o tres meses antes (de la denuncia) y que habían tenido relaciones varias veces’, aseguró en la primera audiencia del juicio, para luego agregar, contundente: ‘Creo que no fue violada porque en ningún momento (mi hija) mostró miedo’, precisó ante el juez del caso, Martín Heredia Zaldo (Sala I, Cámara Penal), la fiscal Marcela Torres y Hugo Uzair, abogado defensor del obrero Lucas Olguín (31) que ayer empezó a ser juzgado por un delito grave: abuso sexual con acceso carnal agravado por ser el encargado de la guarda y por la situación de convivencia con esa chica. Las penas para ese delito van de los 8 a los 20 años de prisión.
Olguín lleva 1 año y 10 meses preso y ayer se abstuvo de dar su versión. Luego, tanto Fiscalía como la defensa pidieron incorporar pruebas: la fiscal solicitó que se realizara un cotejo de ADN entre la criatura y el acusado. El defensor, que se incorporen los mensajes y el intercambio por Facebook de su cliente con la chica, en el que hay fotos y videos de ella en ropa interior y desnuda, porque pretende sumar otra prueba a su teoría de que en todo momento hubo consentimiento. El juez debe resolver sobre ambos pedidos.
Antes de que declarara su mamá, la chica dio su versión. Sin conocer el pedido de incorporar los intercambios por Facebook, dijo que Olguín (cuando convivían) le había quitado el teléfono y se había autoenviado a su celular sus fotos y videos. Aseguró que su madre sabía eso (la mujer lo negó), y volvió a insistir en que la violó dos veces, una vez en que la llevó engañada en micro hasta la Quebrada de Zonda con la excusa de mostrarle el lugar donde le había conseguido un trabajo. Y la otra cuando convivían en Zonda (fue allí a pesar del primer supuesto ultraje), con la esperanza de buscar trabajo y tener sus propios ingresos. También admitió que fue a una escribanía a retractarse para que Olguín quedara libre y pudiera ayudar a su mamá por la pésima situación económica que atravesaba, pues ‘no tenía para comprar pañales’.
A pesar de la polémica y las contradicciones, los psicólogos que entrevistaron a la jovencita ya dijeron que su relato es verosímil y la consideraron una persona vulnerable.