Nunca una queja, nunca un problema, siempre un buen niño, un buen chico, un buen hombre. Para Mirta Olivares su hijo Angel Emilio López (27 años) era lo más parecido a una persona ejemplar. Así lo recordaba ayer en medio de un llanto desgarrador, pegada en un doloroso abrazo con algunos de sus otros cinco hijos. La última vez que Mirta había visto a Angel Emilio fue el jueves como a las diez de la noche, cuando el joven le ayudó a hornear el pan que ella sale a vender para ayudar en su casa, antes de partir a ver a su novia en Chimbas. Fue la última vez, porque ayer se topó con una imagen terrible: su hijo envuelto en un nailon, a un costado de su Ford Escort, destrozado luego de impactar contra una mora.
La tragedia de López ocurrió alrededor de las 10,30 sobre calle Rodríguez, unos 300 metros al Oeste del cruce con Florida, en el distrito Dos Acequias, San Martín. El joven volvía a su casa en la Villa El Salvador, Angaco, al parecer, luego de pasar la noche en compañía de su novia y los parientes de la joven, estimaron ayer familiares de la víctima.
La muerte de López es la segunda tragedia vial ocurrida durante las minivacaciones de Semana Santa: el jueves a la madrugada, en Chimbas, había fallecido José Luis Maldonado, un joven de 32 años, padre de dos chicos, que iba en su Fiat 128 a su trabajo en "Hormiserv", en Chimbas, cuando lo embistió Gastón Pereyra (23) quien conducía un Peugeot 206 que -al parecer- había sacado sin permiso de la agencia de venta de autos de su patrón.
Ayer la principal hipótesis de los policías de la comisaría 20ma. de Angaco era que López se durmió a la salida de una curva, que se cruzó de carril hasta salir a la banquina y que entonces intentó una última maniobra, un volantazo para no chocar contra una casa. Esa última acción, sin embargo, no evitó que se estrellara contra un árbol, justo de su costado. Y fue su fin.
"Trabajaba en «Taranto» (fábrica de juntas) y este año iba a terminar la carrera de Higiene y Seguridad. Con él nunca tuve una queja, ni un problema… era muy buena persona, muy buen hijo, pero esto no me lo esperaba … Dios de algún lado nos va a dar aliento para poder salir de esto", alcanzó a decir Mirta, antes de estallar en lágrimas.

