
Desde que en febrero inauguró el Centro de Abordaje Integral de Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas (Anivi) como una forma de dar respuesta a los numerosos casos de abuso infantil, hubo alrededor de 180 denuncias por vejámenes sexuales contra menores, es decir, más de un reclamo por día.
Así lo informó Sergio Cúneo, director del organismo, quien precisó además que la mayoría de esos ultrajes sexuales (un 90 por ciento) son simples (como los tocamientos) y el resto incluye el acceso carnal, es decir la violación del niño.
Los datos toman fuerza luego de que trascendiera el resonante caso de violación de una nena de 9 años en Chimbas. Resonante, porque por un lado el supuesto abusador es un tío, quien habría contado con la complicidad de su pareja, tía materna de la menor. Por el otro, porque los padres de la niña aseguraron que su hija estaba embarazada, algo que después fue desmentido.
De la estadística del Anivi también se desprende que las edades de las víctimas oscilan entre los 3 y los 15 años y que junio fue el mes con la mayor cantidad de denuncias: hubo 50.
El funcionario explicó que desde que abrió el 20 de febrero este centro especial para contener a los menores víctimas de abusos sexuales y a sus familias, se han recibido alrededor de unas 30 denuncias mensuales. Salvo febrero, que por haber inaugurado casi finalizando el mes sólo se recibieron 10.
Según Cúneo, en el organismo que dirige trabajan sobre tres tipos de vejámenes: los simples (tocamientos), los gravemente ultrajantes (por su extensión en el tiempo o las circunstancias en que se cometen) y aquellos en que hay acceso carnal.
Por mes hay al menos 4 denuncias en que los abusadores son menores de entre 8 y 11 años
“El 90% de los casos que hemos recibido son abusos sexuales simples, que son tocamientos. El resto, ese 10%, son con acceso carnal. El horario en que más recibimos denuncias es en la siesta, la tarde noche y la madrugada. Este centro trabaja las 24 horas y tiene tanto personal policial como distintos profesionales para darle contención a las familias. Lo que se busca es proteger a los niños sin exponerlos a otro trauma. Por ejemplo, el personal policial está de civil y se movilizan en autos sin identificación”, indicó el funcionario.
En promedio, las nenas y nenes que son abusados tienen entre 9 y 15 años, pero hay casos denunciados en que las víctimas tienen entre 3 y 7 años.
Generalmente, los presuntos autores son personas de confianza y otro dato que surge del registro es que estos hechos ocurren en todas las clases sociales.
También consideró alarmantes los casos en que los victimarios son menores, al punto de que, por mes, se reciben 4 o 5 casos en los que los autores son niños que tienen entre 8 y 11 años.
‘No hay empatía con los menores’

Según la Asesora de la Niñez Patricia Sirera, “el abuso sexual infantil está generalmente ligado al entorno familiar o conocidos de las criaturas. Nunca es una persona extraña o en muy poco porcentaje es una persona extraña. En general son personas de confianza de las criaturas, profesores, familiares de los chicos.
Hablamos de un abusador que tiene una estructura de personalidad compleja, perversa. Que no tiene empatía con el niño, que no se pone en los zapatos del menor, desafiando la autoridad. Siempre está rodeado de secretos, de amenazas. Y sobre todo, el patrón común, que el progenitor tiene el deber de iniciar sexualmente a una niña.
Esto es una barbaridad, pero en muchos casos se utiliza como un arma para que la criatura acceda a este tipo de conductas y guarde el secreto”.
