Cada vez que se quedaba en casa de su tío, algo pasaba. El hombre aprovechaba esa cercanía con la niña de 11 años para manosearla en reiteradas ocasiones, incluso casi llegó a violarla, todo en medio de amenazas de hacer lo mismo con sus hermanos menores. Tres años duró el martirio de esa nena, pero un día se lo contó a su madre y eso puso fin a los abusos sexuales. La denuncia se hizo allá por noviembre del 2011 y parte de esa historia se cerró ayer en la Sala II de la Cámara Penal con la condena de 11 años de prisión contra el sujeto.
Héctor Alejandro Quinteros (34) no quiso exponerse al juicio oral y aceptó resignado esa pena mediante un juicio abreviado promovido por su abogado Maximiliano Paez Delgado con la fiscal de Cámara Alicia Esquivel, según fuentes judiciales. Y es que habían numerosas pruebas, además los delitos del que lo acusaban, como el abuso sexualmente gravemente ultrajante agravado por el daño y por estar bajo su custodia y la tentativa de abuso sexual con acceso carnal, tienen una escala de pena que va desde los 8 a los 39 años de cárcel.
Fue en el 2011 cuando la mamá empezó a percibir que la niña andaba retraída y angustiada. Pensó que se sentía mal por la separación de ella y su marido, pero luego la menor le confió que en realidad sus problemas venían porque su tío la amenazaba y la sometía sexualmente. La versión es que cuando se quedaba a solas con el hombre, éste le tocaba en sus partes intimas. Una vez llegó a introducirle sus dedos e intentó accederla carnalmente, pero no lo consiguió. Nadie lo sabía, pero los abusos llevaban ya 3 años.
La denuncia se hizo en noviembre de ese año y, después de varios informes, el 19 de junio del 2012 detuvieron a Héctor Quinteros. Fuentes judiciales indicaron que el testimonio de la nena, los estudios psicológicos y otras pruebas fueron contundentes. Por eso también Quinteros aceptó el juicio abreviado y recibió en silencio la pena del juez Juan Carlos Peluc Noguera.

