Un jubilado hipoacúsico que reside en Córdoba es investigado por la Justicia de San Juan por el presunto abuso sexual de una nena de 10 años de nuestra provincia.
El sospechoso, de 73 años y sordo desde los 5, fue imputado el último jueves en una audiencia inusual en el Sistema Acusatorio, debido a que fue necesaria la participación de una intérprete para que el anciano pudiera entender lo que se hablaba en la sala.
El nombre del jubilado no es revelado dado que es pariente de la niña presuntamente abusada. El jueves estuvo conectado a la audiencia desde Córdoba por videoconferencia, con una intérprete del Poder Judicial cordobés a su lado, que era quien con lenguaje de señas le transmitía lo que se desarrollaba en la audiencia y quien desde allá comunicaba lo que quería expresar el imputado.
Las ayudantes fiscales de la UFI Anivi Luciana Ramaci y Andrea Insegna (en representación del fiscal Roberto Mallea), luego de que el juez de Garantías Alberto Caballero declarara su competencia territorial dado que la menor es sanjuanina y tiene su centro de vida aquí, expusieron que la denuncia fue radicada el 24 de mayo pasado por el padre de la nena. El hombre manifestó que el día 14 de ese mes viajó a Córdoba al cumpleaños de su madre junto a sus dos hijos, la nena de 10 y un chico de 13. Y expresó que se radicaron en la casa de su mamá, hermana del anciano imputado, con quien convive. En esa vivienda ocurrió el presunto abuso. El denunciante explicó que recibió una llamada de su expareja, madre de los menores, quien desde San Juan le dijo que le había llamado su hija y que llorando le había comentado que su tío la había tocado en sus pechos y piernas por arriba de la ropa mientras ella estaba acostada en una de las camas.
Asistido por la defensora oficial María Emilia Nielson, el acusado, con señas traducidas por la intérprete, hizo saber que se negaba a declarar. A pedido de Fiscalía, el juez Caballero concedió un plazo de un año para la investigación, tiempo en el que el imputado deberá cumplir ciertas medidas, como someterse al proceso sin obstaculizar la investigación y no contactar a la presunta víctima ni a su grupo familiar. El magistrado también permitió que la niña sea entrevistada en Cámara Gesell, una prueba clave para el futuro del caso.