Uno de los casos policiales que mayor impacto generó en los sanjuaninos, comenzó el domingo 11 de agosto de 2002 y aún no tiene un final. Se celebraba el Día del Niño y Sergio David Guerrero, de 13 años, salió de su precaria vivienda ubicada en el interior de Villa Santa Rosa, en Ullum y jamás regresó.
El pequeño, con un leve retraso madurativo, decidió adelantarse a las celebraciones departamentales y, como previa, ese mediodía salió con una gomera a cazar pájaros entre los parrales de una finca. Su mamá, con apenas 31 años, ya tenía 11 hijos a los que criaba sola desde que su padre, alcohólico, los abandonó.
"A veces Sergio es terco. Tiene obsesión por algunas cosas y las hace por más que lo rete", solía decir la mujer. Ese domingo fue buscado intensamente por ella y los hermanos, aunque en vano. Desesperada, al día siguiente fue hasta la comisaría a radicar la denuncia policial. Desde ese momento se montó un operativo pocas veces visto.
Policías, bomberos, gendarmes, perros, baqueanos, vecinos, familiares. Todos abocados a la aparición de Sergio. Durante días se realizaron rastrillajes de 18 kilómetros a la redonda, se buscó bajo el agua e incluso en pozos, temiendo que el pequeño pudiera haber caído. Pero nada. También se utilizó el helicóptero de Gendarmería para tratar de hallarlo desde el aire. Pero todos los intentos fueron en vano.
Los días pasaban y no había novedades sobre el paradero del chico. Como si lo hubiese tragado, literalmente. Desde la investigación se manejaron tres hipótesis: que el chico estuviera escapando de su familia, el secuestro y la muerte por accidente. Sin embargo, nunca se supo qué sucedió. Incluso, con el tiempo y ante la falta de información, comenzaron a dudar del entorno del chico. Tanto es así que, sin previo aviso, policías de civil llegaron a la casa de la madre y revolvieron todo e incluso buscaron en pozos y en la letrina del ranchito. Pero todos los rastrillajes fueron negativos.
Pasaron los días y ante la cada vez más imposible tarea de encontrarlo, dejaron de buscarlo y decidieron cerrar la causa, que quedó en la nada.
Hace unos días Gisel Guerrero, la hermana de Sergio que al momento de la desaparición tenía 10 años, decidió retomar la búsqueda. "Tengo pocos recuerdos pero siempre nos acompaña lo que pasó. Lo que creemos es que alguien se lo llevó y lo sacó de la provincia pero nadie vio nadie o nadie quiere hablar. Hay distintas versiones de por qué cerraron la causa, aparentemente fue porque mis padres estuvieron ausentes, pero ahora que todos los hermanos somos mayor de edad, vamos a pedir que se reabra la búsqueda", dijo la joven a Radio Sarmiento.
"Creemos que hubo complicidad de la policía, alguien sabía lo que pudo haber ocurrido pero nadie hizo nada. Él tenía un leve retraso madurativo y creemos que alguien se lo llevó. Ahora tendría 31 años", agregó.
Gisel sostuvo también que aún tienen "la esperanza de encontrarlo con vida, de que esté en algún lugar con una vida realizada. Si alguien vio algo, pedimos que nos ayuden. Tenemos la esperanza de encontrarlo, aunque no sea con vida pero saber lo que pasó".