Un hombre de 54 años que gozaba de libertad condicional luego de ser condenado a 3 años de prisión por matar a un joven con exceso en su legítima defensa, fue detenido el lunes a la tarde por policías de la subcomisaría del barrio Ansilta, en Rawson, acusado de haber vendido en su broncería, situada frente al cementerio municipal de Rawson, el marco y la puerta de un nicho robados y reubicados tras la comercialización dentro del mismo cementerio, diejron fuentes policiales.
El sospechoso es Américo Francisco Rubia, a quien le secuestraron 31 placas y unas 20 puertas (la mayoría con marcos) de bronce que no pudo justificar, y a las que a simple vista se le notan restos de cemento, masilla o algún pegamento, dijeron en la policía. También tenía una docena de talonarios para facturar con el nombre de otra ex broncería suya, precisaron las fuentes.
Todo comenzó con la denuncia de una mujer, de apellido de la Torre, que el 14 de abril pasado fue al cementerio en calle Meglioli y 4, en Rawson, y se topó con que en el nicho de su marido faltaban el marco y la puerta. Ese mismo día la mujer visitó en el mismo cementerio el lugar donde está sepultado un amigo y se topó con sus cosas robadas, colocadas en otro nicho. Supo que eran las suyas por unas marcas particulares que les puso, dijeron en la policía.
Entonces denunció el hecho en la subcomisaría dirigida por el comisario Raúl Moreno y el oficial principal Rodolfo Andrada, quienes encabezaron las investigaciones para saber cómo pasaron las cosas robadas de un nicho a otro en la misma necrópolis. Así dieron con un hombre de apellido Lucero, que mostró comprobantes de que Rubia le había vendido el marco y la puerta a 1.250 pesos, dijeron los pesquisas.
Ahora los policías intentan dilucidar quién cometía el robo, si acaso existió complicidad de algún empleado municipal y cómo se relaciona Rubia con esas maniobras.
El 10 de julio del año pasado, Rubia había sido condenado a 3 años de prisión en suspenso (sin encierro) por matar de un tiro a Jorge Bustos (18) en la madrugada del 25 de mayo de 2000 en la casa de su suegra, Rawson, a la que el joven llegó borracho y lo creyeron ladrón. La nueva sospecha contra Rubia elimina, al menos por ahora, su derecho a seguir en libertad.

