18,30, calle San Juan metros al Sur del cruce con San Lorenzo, Santa Lucía. El agente de Bomberos Javier Otiñano y su amigo Pablo Martín (29) avisaron a la policía que, cuando circulaban en auto rumbo a buscar un repuesto, hallaron en ese lugar a un varón, recién nacido. Dijeron que estaba detrás de un árbol, envuelto en una sábana, vestido con un pañal y con un chupete a un costado. Parecía un hallazgo afortunado, porque el bebé estaba bien pero en una zona descampada, con basurales cercanos, y ante el acecho bastante probable y peligroso de ser atacado por un perro callejero. Estremecedor.
20,30, carril Este de avenida de Circunvalación, entre Hipólito Yrigoyen y Libertador, Santa Lucía. El conductor de un Ford Falcon se estrella contra la columna de cemento un puente peatonal en el centro de la avenida. Es un joven de 29 años, casado, padre de tres chicos. Queda muy grave y una hora y media después muere en el hospital Rawson. Coincidentemente, la víctima también se llama Pablo Martín.
Pero entonces las coincidencias dejaron ser tales para pasar a ser conexiones e hipótesis formales de investigación. Porque mientras ocurría el accidente, una médica del hospital avisó a policías del Cuerpo Especial de Vigilancia que suponía quien era la criatura (ayer de 28 días) y que conocía a la supuesta madre. Entonces esos policías llegaron a la casa de la joven (cercana al hospital) y se toparon con la versión de que ella tenía un varón, pero que no lo abandonó porque se lo había dado al padre ya que no podía mantenerlo. Según fuentes policiales, en su relato la joven habría mencionado como presunto padre de la criatura a Pablo Martín, el mismo sujeto que agonizaba y luego moriría en el hospital Rawson. "(Pablo) me llamó para decirme salí y escuchá el estruendo", habría dicho la joven, a la hora del accidente.
Anoche, los policías de la comisaría 29na. de Santa Lucía al mando del comisario inspector Rafael Atámpiz recababan todas las pruebas del caso para que un juez de Menores y otro penal resuelvan qué hacer, sobre todo porque la joven (de apellido Sánchez, de 21 años) había empezado a reclamar a su bebé.
Será un juez quien resuelva también si el agente de Bomberos Javier Otiñano fue o no engañado por el presunto padre del bebé para simular que había hallado a quien, se supone, es su hijo extramatrimonial.
Ayer, Otiñano no tuvo ningún problema en contar a los medios cómo fue que habían hallado a la criatura, rescatando lo "bueno" de haber atravesado por esa situación y aludiendo al "llanto" que no aguantó su amigo cuando descubrieron que lo que creían perritos resultó ser un bebé.
"Yo llegué como a las cinco de la tarde a la casa del suegro de mi amigo Pablo Martín para arreglar el arranque, porque necesito el auto urgente para llevar a los niños a la escuela. Ahí llegó Pablo, me dijo que tenía un tipo que vendía un arranque más barato y me llevó en su auto a buscarlo (…) fuimos por San Lorenzo y apenas doblamos por San Juan al Sur vimos la sábana que se movía detrás de un árbol", describió ayer Otiñano.
Y agregó: "Creíamos que eran perritos pero cuando abrimos la sábana era un bebé… lloró ahí nomás y se cayó cuando le puse el chupete. Para mi fue algo bueno porque a esa criatura le podía haber pasado cualquier cosa, además fue algo bueno porque estoy acostumbrado a ver cosas feas. Pero Pablo se puso a llorar, me dijo «todas me pasan a mi» y yo no sabía si hacer callar al bebé o hacerlo callar a él… supongo que lloraba porque este lunes su esposa tiene un bebé por cesárea. Ahí llamé a la comisaría y ellos llevaron al bebé al hospital", dijo ayer Otiñano a este diario.

