Parecía un día más en la rutina del remisero Víctor Hugo Salas (48), pero un problema en la calle lo sacó de lo que hacía (arreglaba el auto en el que salía a trabajar) y quiso intervenir, pero fue lo último que hizo. Afuera, dos grupos rivales libraban un enésimo cruce, con piedras y disparos, y fue ahí que Salas salió a recriminarles, a pedirles que no molestaran y se fueran por poner en peligro a gente inocente, pero uno de los violentos le descerrajó un disparo que se le coló justo por debajo del ojo izquierdo y lo sentenció.

‘Mi papá salió a decir que no molestaran y lo asesinaron delante de mi hermanito de 12 años. Pobrecito, él vio todo y buscó esconderse detrás de una camioneta. Mi papá tuvo pulso unos 20 minutos, pero la ambulancia tardó demasiado en llegar. Ahora pedimos justicia, que los metan presos para que paguen por lo que hicieron… no puede ser que maten a un hombre trabajador sólo por decir que se fueran, por el peligro de andar a los tiros en este barrio donde hay niños y gente que nada tenía que ver con sus problemas’, aseguró ayer indignada Ailén Salas (20) uno de los tres hijos (cinco en total) que vivían con Salas y su esposa en calle Las Heras, entre Brasil y Belgrano, en Villa del Carril, Capital.

Según fuentes policiales y judiciales, todo pasó minutos antes de las 20 del martes en la puerta de la casa de la víctima.

Ayer, su familia estaba destrozada: ‘Queremos justicia, que los metan presos para que paguen por lo que hicieron’, reclamaron sus hijas.

 

La principal versión es que dos grupos rivales que también viven en Villa del Carril habían protagonizado un primer cruce en la Plaza 25 de Mayo (allí hubo algunos detenidos), durante los festejos por el pase de Argentina a la final del mundial de fútbol en Qatar. Y que luego volvieron a enfrentarse un par de veces, pero ya en Villa del Carril: en una de estas últimas ocasiones, se habla que el grupo de atacantes que mataron a Salas eran cuatro sujetos que llegaron en dos motos para enfrentar a sus rivales. Y luego, que esos mismos sujetos más otro cómplice (o tal vez otros miembros de la misma banda), volvieron en auto, pero con armas.

Fue durante ese último enfrentamiento que Salas salió a decirles que se alejaran del lugar por el peligro de andar a los tiros en un barrio con niños y personas ajenas a sus conflictos, pero lo pagó con su vida.

‘En la Policía ya saben quiénes son, acá enfrente en un salón festejaban y hay varios testigos. También hay un montón de cámaras por todos lados y se dice que el que mató a mi papá y los otros son del Canal del Moco, acá en Villa del Carril, esperamos que los atrapen para que se haga Justicia’, reclamó entre lágrimas la hija del remisero.

El caso es investigado por la UFI de Delitos Especiales que coordina el fiscal Iván Grassi. Allí recolectaban evidencias y concretaban allanamientos en busca de los principales implicados en el homicidio. Al parecer, la rivalidad entre los dos grupos, puede estar ligada a un problema por drogas.