En el punto más complicado de la convivencia con su papá, la jovencita (hoy tiene 18 años) llegó a sufrir alucinaciones y al menos una convulsión. Ayer, declaró que escuchaba una voz interna a la que llamaba ‘Carmencita’, y que esa voz le recomendaba lastimar a alguien o autoagredirse. Aclaró que por esa razón se autoprovocó unos cortes en los brazos y, lo peor, tomó ‘muchas pastillas’ con la intención de quitarse la vida, porque así también terminaría con la seguidilla de violaciones a las que la sometía su propio padre. Por esos días (entre los 15 y 16 años) tenía dificultades para dormir, pues soñaba con que tenía a su papá al lado, o creía verlo asechándola cuando se estaba bañando. En un momento sufrió una convulsión que obligó a tratarla y a medicarla, por sus problemas psiquiátricos: tanto ella como su madre declararon en el juicio contra el padre de la chica (un jornalero de 56 años) que sufre ‘esquizofrenia paranoia’. Y La madre de la niña no dudó en atribuir esos desórdenes mentales a los múltiples abusos sexuales que atravesó durante el tiempo (alrededor de un año y medio) de convivencia de su hija con el acusado.

El caso fue denunciado en el Anivi el 16 de septiembre de 2020. Entonces, la madre de la joven contó que sólo había convivido unos 3 meses con el sospechoso y que fruto de esa relación nació su hija, la que nunca tuvo contacto con su padre hasta poco antes de cumplir 15 años. Según la mujer, en 2019 ella la reprendió por orinarse en la cama y ella se fue de la casa a buscar a su padre biológico, que por entonces convivía solamente con su pareja.

Entre lágrimas, la jovencita contó que en principio la convivencia fue normal y se sintió a gusto en la casa de su papá, hasta que comenzó a abusar de ella.

Al principio -explicó- esos ataques ocurrían los fines de semana cuando se emborrachaba, pero luego pasaron a ser casi diarios, hasta que en una ocasión los sorprendió la mujer de él y la echó de la casa. De ahí pasó a vivir con otros parientes de su padre y los abusos no se detuvieron. Incluso en una ocasión -dijo ayer- su papá le dijo: ‘Te amo, sos el amor de mi vida’.

La joven aseguró que siempre trató de evitar los ataques y que le costó no contárselo a nadie, ni siquiera a la psicóloga que la trataba, porque tenía miedo. Y porque su papá le decía que si alguna vez contaba algo él iría preso y ella ‘a un loquero’ o a ‘una tumba’.

Pero un día se animó y se lo dijo a la pareja de su padre y a las hijas que tuvo con esa mujer. Y ayer relató que todas lo confrontaron y que él buscó escudarse en los problemas que tenía con el consumo de alcohol, pero no dejó de abusarla.

Ayer, el sospechoso escuchó a su hija pero no pudo sostenerle la vista y bajó la cabeza cuando ella lo miró. Y aunque en el juicio no declaró, antes negó haberla agredido sexualmente.

La jovencita aseguró que tuvo otras relaciones sexuales previa a las agresiones sexuales de su padre, con quien se mostró indulgente. Cuando el juez del caso, Miguel Dávila Saffe (Sala I, Cámara Penal) le preguntó ante la fiscal Marcela Torres y el defensor Julián Gil si tenía algo más que agregar, la chica volvió a enfrentar a su progenitor para decirle: ‘Cristo nos enseña a perdonar y yo perdono a mi papá por todo el daño que me causó, que sea muy feliz y que yo también sea muy feliz’.

 

 

  • Abusó de 3 amigas de su hija, condenado

La jueza Gema Guerrero condenó ayer a 3 años sin encierro a un albañil de 55 años, que admitió esa pena tras confesar que había manoseado a tres amigas de su hija (de 18, 16 y 15 años). El castigo fue la consecuencia del juicio abreviado entre el acusado y su defensor José Luis Lavía y la fiscal de la UFI Anivi, Ingrid Schott.