Jura por sus hijos que aquel domingo 1 de noviembre de 2020 fue al Jockey Club en Rivadavia a cobrarle unos $7.000 que le prestó a un amigo que trabaja en el bufet de esa entidad, porque al otro día era el cumpleaños de su señora y quería darle una sorpresa con sus hijos (tienen 4). Que no violó ninguna medida sanitaria impuesta por la pandemia de covid, pues entonces se podía concurrir a los cafés, como el de esa institución. Pero el agente Sergio Riveros (38) no pudo imponer su versión y luego del juicio que involucró a 23 imputados, resultó condenado a 6 meses de ejecución condicional (sin encierro) por un juez de Flagrancia. A través de su Defensa, pidió la probation sin que se la concedieran. Y tras el fallo, reclamó en todas las instancias, pero el fallo ya está firme. Como era de esperar, la causa que se le siguió en la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión también avanzó hasta un punto que lo deja en una situación desesperante, porque este mes dejó de cobrar la mitad del sueldo y quedó al borde de ser echado de la Policía.
Es tan angustiosa la situación que atraviesa, que ayer anticipó que recurrirá en busca de un indulto (perdón) del propio gobernador, Sergio Uñac, o del presidente, Alberto Fernández. ‘Me condenaron y pueden echarme por algo que no hice, tengo 4 hijos, es muy injusto. Yo ese día solo fui a cobrar un dinero que me debía un amigo porque al otro día cumplía años mi señora (de la que ahora está separado, aclara) y quería darle una sorpresa con los chicos’, repite Riveros.
Lo grave para Riveros y su familia, es que la mengua abrupta del sueldo de Policía le provocó y le provoca un gran perjuicio, pues le han cobrado $400.000 que debe de alquiler y ya no podrá ni abonar el plan de pago que había pactado con su acreedor. ‘Las changas de la madre de mis hijos que vende online productos de cotillón han bajado por la grave situación económica y con lo poco que yo gano como cocinero en un carro de comidas de un compañero de la Policía, sólo alcanza para la comida y los pañales del más chico de mis cuatro hijos’, aseguró Riveros, en alusión a sus chicos de 8, 5 y 4 años, y un bebé de 10 meses.
Uno de sus últimos intentos de reclamo fue haber presentado a través de su Defensa un recurso de revisión de la sentencia, para que se aplique la ley penal más benigna a su favor, pues ya no operan las rígidas restricciones de la pandemia.
Su planteo contó con el apoyo de Fiscalía, que pidió la absolución del agente. Sin embargo, la Corte de Justicia lo rechazó, porque consideró que no varió la ley penal, concretamente el artículo 205 sobre la desobediencia a una orden de la autoridad para ‘impedir la introducción o propagación de una epidemia’, sino las normas complementarias de ese artículo, es decir la decisión del Gobierno de moderar y hasta eliminar las restricciones sanitarias. ‘Voy a seguir golpeando puertas, voy a pedirle un indulto al Gobernador o al propio presidente de la Nación, no es justo quedarme sin trabajo y mis hijos en una situación lamentable, sólo por haber ido a cobrar algo que me debían’, concluyó.