‘Hay hombres como yo que sufren violencia de género y a veces nos cierran las puertas o pierden el trabajo injustamente como yo.. creo que se tiene que empezar a trabajar en eso… sepan que soy inocente, fui agredido durante años (por la denunciante), como el año pasado, que me atacó el 1 de agosto y el 4 de agosto, cuando estaba operado por un accidente… Fui al CAVIG a denunciar y pedir protección, pero no hicieron nada’, dijo ayer sin ocultar sus lágrimas el exdirector de Relaciones Institucionales del Ministerio de Turismo, Nahuel Fernández, despedido apenas se conoció la denuncia de su expareja, acusándolo de haberla atacado a golpes en los primeros minutos del 31 de agosto pasado en la casa de Fernández, en Pocito.
A pesar de sus argumentos defensivos, el relato del fiscal coordinador Roberto Ginsberg y de la ayudante fiscal Yanina Marquez, fue totalmente opuesto. En la secuencia de Fiscalía, la mujer llegó hasta la casa de Fernández y este se molestó, porque adentro había dos supuestas ‘compañeras partidarias’ (una de ellas con un bebé) que habían ido a cenar junto a otro hombre, que se había retirado. Que ahí comenzó una discusión que pronto pasó a golpes contra esa mujer, a la que incluso le mordió un dedo.
El relato de la víctima, el informe de sus lesiones y otras evidencias fueron citadas por Fiscalía al momento de pedirle al juez de Garantías, Juan Gabriel Meglioli, que ordene investigarlo por lesiones leves agravadas por el vínculo y en un contexto de violencia de género. Fiscalía no pidió prisión preventiva para el exfuncionario y sólo pidió cumplir ciertas reglas durante la investigación, que será de 6 meses.
Tras el escuchar el relato fiscal, Fernández y su defensor, Leonardo Miranda, lo contradijeron. Aseguraron que fue ella quien llegó hasta la casa de él y se ofuscó cuando supo que adentro estaban dos mujeres (‘esas p….’). Que lo tomó del cuello, le arrancó una cadenita y ‘se la robó’. Y le quitó las llaves de la casa, lesionándolo con ellas en sus costillas. Fernández dijo que sólo defendió, que ella se autoagredió y que eso fue visto por testigos. Sólo admitió haberle mordido un dedo para quitarle las llaves y luego correr ‘ensangrentado’. ‘Sólo me defendí y quise proteger la integridad de esas dos mujeres y el bebé’, dijo el exfuncionario.