Tres meses después de que el abogado Francisco Sirera muriera a causa de 13 puntazos con una balloneta en la puerta de su casa en Fray Mamerto Esquiú al 460 Este, Trinidad, Capital, una tía política suya lanzó duros calificativos en su contra: ‘Fue un tránsfuga y un embustero, otra cosa no puedo decir de él’, aseguró ayer Dominga Morino (87). ¿Por qué lo dijo? según la mujer y su abogado Ismael Hidalgo, Sirera le hizo firmar un papel en blanco en el que luego se dejó constancia que ella permutaba la casa donde ocurrió el crimen por dos departamentos en el barrio UDAP III y República del Líbano, ambos en Rawson, que ni siquiera son de Sirera. Hoy -dijo- ella y su hija viven en esos domicilios con el temor de ser desalojadas por usurpación.
Según la mujer, años después de la muerte de su marido José Torres (carpintero), su hija Lucía se separó y quedó con 5 chicos. Y por eso se decidió hacer un juicio sucesorio con la idea de vender la casa de Fray Mamerto Esquiú al 460 Este, para comprar dos departamentos, uno para ella y otro para su hija y su familia.
Fue ahí -explicaron- que contactaron a Sirera (casado con Yaqueline Morino, sobrina directa de Dominga) sólo para el juicio sucesorio. Pero en diciembre de 2009 fueron desalojadas ‘por ese papel que me hizo firmar aprovechándose de mi confianza por ser familiar, en complicidad con mi hermano Amaro’, dijo la anciana.
A la llegada del otro hijo de Dominga, Roberto, designaron a Hidalgo para seguir con el juicio sucesorio. Según este letrado, en el 1er Juzgado Civil se desestimó a Sirera como parte cuando se citó a los herederos y se resolvió que la casa es de Dominga y sus hijos. ‘Sirera apeló cuando se estaba por hacer la escritura. Además, él inició un juicio en el 5to Juzgado Civil para escriturar a su nombre y me denunció a mi y a Dominga por estafa’, precisó Hidalgo.
Y agregó: ‘No es nada profesional ni ético intentar quedarse de manera ilegal con el inmueble de un cliente, más si es tu tía. Aquella vez Dominga no lo denunció penalmente por su sobrina’.
En la vereda opuesta, Nicolás Fiorentino, abogado de los herederos de Sirera, negó la existencia de ilícitos con la operación por la casa.
‘Personalmente, me parece muy bajo y muy grosero ensuciar el nombre de una persona fallecida. Por otra parte debo decir que hubo una transacción normal por esa vivienda, con personas en pleno uso de razón que firmaron ante escribano público, está todo certificado, no hubo ningún delito’, dijo Fiorentino.
Hasta ahora, los pesquisas sospechan que Sirera fue asesinado por facilitar el embargo en la casa de un cliente, el mecánico Federico Fernández, apresado la misma noche del crimen junto a su hijo Sergio, el supuesto homicida del letrado.

