La maniobra parecía enfilar al éxito ineludible, por el perfilado modus operandi de los ladrones: primero, apareció un remisero por el lugar, tomó una cerveza y, como de paso, lanzó precisas preguntas que apuntaban a saber si el empleado estaba o no solo esa noche en la estación de servicio. Minutos después, apareció un ladrón con un arma y sin problemas se robó una damajuana de vino, una botella de fernet, tres paquetes de cigarrillos, tarjetas telefónicas por $80, otros $161 en efectivo y huyó a toda carrera. Tanta eficiencia, sin embargo pareció pasar por alto un detalle: los testigos. Y ayer los hubo, y de los comprometidos. Eran dos amigos del empleado, que vieron al delincuente subirse a un auto, siguieron el vehículo y dieron todos los datos a la policía.
Minutos después, alrededor de las 2,30 de ayer, dos patrullas del Comando Radioeléctrico al mando de los oficiales David Pintos y Marcos Echeverría, apresaron a cuatro sospechosos tras una corta persecución en Libertador y Santo Domingo, Rivadavia. Y secuestraron de ese Chevrolet Corsa con inscripciones de "Ciudad Remís", un revólver calibre 32 con 5 cartuchos y todo el botín, dijeron fuentes policiales.
Entonces las sospechas se confirmaban: el chofer del auto era el mismo que había ido a averiguar cómo estaba el tema de la vigilancia. Y para los propietarios de la estación de servicio asaltada ayer, en Benavides al 4.710 Oste, Chimbas, el sujeto fue fundamental también con sus tareas de inteligencia en el penúltimo de los cinco asaltos sufridos por Roberto Senatore en ese local desde el pasado mes de junio.
Los detenidos son un chofer, de apellido Moreno (39) y tres jóvenes de apellidos Campoy (22), Rosales (21) y Sánchez (18). Según la policía, todos viven en el mismo barrio, el 17 de Octubre, en Chimbas, y ahora podrían estar seriamente complicados en varios de los por los menos 10 asaltos a mano armada sufridos por los Senatore en sus dos estaciones de servicio sobre avenida Benavides.
