Fue una noche para el olvido en Concepción, desde todos los puntos. San Martín anoche perdió 2-0 ante Platense, quedó último en su grupo y se fue su técnico, el “Purruco” Raúl Antuña. Pero eso no fue todo, porque en las tribunas también hubo una cuota más que oscura, otra vez por la interna que persiste en la barra.

Esta vez, los problemas quedaron más que expuestos por una decisión de la Policía, que resolvió separar las facciones en el ingreso al Hilario. Así, los que responden a “La Nueva Generación” (LNG) fueron enviados a la Popular Sur, mientras que “La Banda del Pueblo Viejo” (LBDPV) se quedó en la “oficial”, es decir, en la Norte.

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LNG en la Popular Sur.
LBDPV en la Norte.

El episodio más vergonzoso fue cuando los grupos comenzaron a hacerse a la distancia gestos obscenos y a dedicarse canciones. “Ole le le, o la la, trajeron a las put… la hinchada dónde está”, cantó la veintena de barras de LNG desde la Sur. Ese disminuido grupo ingresó cuando el partido ya había empezado y se retiró en el entretiempo.

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La movida de la Policía sirvió para que las facciones no se cruzaran en la misma tribuna, pero dejó al descubierto y expuesto el gran problema que atraviesa el club por la disputa del poder de los barrabravas. Esta vez, a diferencia del partido contra Belgrano, sí estuvo presente la percusión, pero las grandes ausentes fueron las banderas: la Policía no dejó entrar ninguna y los alambrados lucieron vacíos, como nunca había pasado en el año.

El enfrentamiento entre LBDPV y LNG se acentuó en el regreso de San Martín a Primera, dados todos los negocios suculentos que conlleva la categoría. La interna ya tuvo detenidos, allanamientos, disparos y secuestro de armas de fuego.