Una noticia que heló la sangre de los sanjuaninos y de los amantes del motociclismo a nivel nacional. Luego de una ejemplar lucha por superarse tras un terrible accidente de tránsito en el que sufrió la amputación de uno de sus brazos, Alberto Zapata Bacur falleció el domingo 4 de abril de 2021 durante una competencia de motocross que se llevaba a cabo en San Agustín, Córdoba.


Esta no era la primera carrera de la que participaba luego del accidente. El pasado 15 de marzo, cuatro meses después del choque, había ganado en la primera fecha del Campeonato MX Patagónico Sur.
A todos sorprendió su fortaleza para afrontar lo que le había sucedido y volver a hacer aquello que tanto amaba. El joven de 23 años de edad, cayó de su moto y otros dos participantes le embistieron. De inmediato fue trasladado hasta un hospital pero lamentablemente murió.
La noticia tuvo un alto impacto en la provincia. Su ejemplo de resiliencia había conmovido a toda una provincia y un país que lo vio volver a competir aún con un solo brazo. Ese domingo, San Juan se enlutó conocida su muerte.
Muchas fueron las muestras de pesar en las distintas redes por el fallecimiento de Alberto “Wey” Zapata. Personalidades del ámbito político, del deporte y también, distintas personas que lo conocieron personalmente al joven deportista y otros que nunca cruzaron una palabra con él pero se sentían identificados por la valentía y entereza con las que superó el acontecimiento que lo dejó sin su brazo izquierdo y por la perseverancia para superar las adversidades y volver a hacer lo que más le gustaba. Su fallecimiento fue portada de los medios locales, llegó a los medios nacionales e incluso alcanzó otros deportes ajenos al motociclismo. Clubes de fútbol, como Boca Juniors y San Martín, también expresaron su dolor.
Su sepelio dejó una postal muy difícil de igualar. Cuando la carroza que trasladó los restos del “Wey” llegó por España al cruce con 9 de Julio para luego encarar con el conector Sur vino el momento más fuerte de la tarde: miles y miles de motos habían hecho un pasillo y acelerando sus motos esperaban por el paso del “Wey”. Desde los coches fúnebres, los padres del piloto Gerónimo y Mónica, levantaban el puño con lágrimas en los ojos agradeciendo el gesto. Sus hermanas Yara y Maira no podían contener su emoción y también agradecían a los miles de pilotos presentes. La larga fila de motos se extendía por Conector hasta Pedro de Valdivia, todas se sumaron al acompañamiento y fueron rugiendo motores hasta el cementerio. Según cifras de la Policía unas 5 mil motos fueron parte del sepelio del joven motociclista que sin dudas hoy, cuatro años después, sigue recordándose por las enseñanzas que dejó.
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