Estados Unidos y Canadá se han impuesto, respectivamente, en las finales femenina y masculina del 4×100 de los Juegos Olímpicos de París, con los americanos fuera del podio tras una de sus habituales pifias en la entrega del testigo.
La final femenina del 4×100 nos regaló una grandiosa carrera regada por una intensa lluvia que se decidió en la última posta, en la que Sha’Carri Richardson remontó del tercer al primer puesto. La irreverente estrella de la velocidad estadounidense se permitió el lujo de mirar a la derecha cuando faltaban diez metros en un claro desafío a la británica Daryll Neita.
Estados Unidos (Melissa Jefferson, Twanisha Terry, Gabby Thomas y Sha’Carri Richardson), que recupera la corona ocho años después tras la victoria de Jamaica en Tokio 2020, se impuso con un crono de 41.78, siete centésimas menos que las británicas (Dina Asher-Smith, Imani Lansiquot, Amy Hunt y Daryll Neita), que buscaban su primero oro olímpico en el relevo corto femenino tras ocho podios.
Alemania (Alexandra Burghardt, Lisa Mayer, Gina Lückenkemper y Rebekka Haase) completó el cajón con 41.97. Jamaica (Alana Reid, Kemba Nelson, Shashalee Forbes, Tia Clayton), por su parte, sólo podía ser quinta con 42.29.
Minutos después y con la pista mojada pero ya sin lluvia, la final masculina nos dejaba, una vez más, una de esas pifias famosas de los estadounidenses, que eran inicialmente séptimos pero acababan descalificados por entregar el testigo fuera de la zona reglamentaria.
20 años sin un podio en el 4×100 masculino
Estados Unidos ya se había quedado fuera de la final en Tokio tras protagonizar una pésima carrera en las series y en Río 2016 ya fue descalificado de la final por un error similar al de hoy en el Stade de France.
¿Quieren más? En Londres 2012 había sido plata pero dos años después perderían esa medalla por el positivo de Tyson Gay. En Pekín 2008 también fue descalificado en las series así que hay que remontarse a Atenas 2004 para ver a los americanos en el podio, cuando fueron plata tras Gran Bretaña. Cuatro años antes, en Sidney, habían logrado el que sigue siendo su último oro.
Habrá que preguntarle a Kenneth Bednarek, plata ayer en los 200 metros, qué se le pasó por la cabeza para salir pitando 20 metros antes de que Christian Coleman completara la primera posta americana.
Evidentemente eso selló el destino de los estadounidenses (Christian Coleman, Kenneth Bednarek, Kyree King y Fred Kerley) en la carrera, que quedó muy abierta. El oro era finalmente para los canadienses Aaron Brown, Jerome Blake, Brendon Rodney y Andre De Grasse con 37.50.
Italia, del oro en Tokio al cuarto puesto
De Grasse ganaba así su segundo oro y su séptima medalla olímpica, lo que le convierte por derecho propio en uno de los grandes mitos de la velocidad mundial.
La plata, con 37.57, era para Sudáfrica (Bayanda Walaza, Shaun Maswanganyi, Bradley Nkoana y Akani Simbine), que se convierte en el segundo equipo africano con una plata en el relevo corto tras el logrado por Nigeria en Barcelona 1992.
Gran Bretaña (Jeremiah Azu, Louie Hinchliffe, Nethaneel Mitchell-Blake y Zharnel Hughes) completaba el podio con 37.61 e Italia (Matteo Melluzzo, Marcell Jacobs, Lorenzo Patta y Filippo Tortu), oro en Tokio, se debía conformar con la cuarta plaza con 37.68.