Venezuela sigue sin entregar información oficial sobre el paradero y el estado de salud de Nahuel Gallo. Sin diálogo bilateral entre el gobierno de Nicolás Maduro y la Argentina, Brasil se convirtió un jugador clave para mediar no solo con los asilados en la residencia oficial argentina en Caracas, sino también ante la detención del gendarme nacional.

Pero, muestra de una relación que se ha ido desgastando entre Maduro y Luiz Inácio Lula da Silva desde las elecciones presidenciales del 28 de julio envueltas en denuncias de corrupción, TN pudo confirmar de distintas fuentes de Itamaraty que Venezuela sigue negándose a entregarle cualquier tipo de información a Brasil.

El pedido formal de los brasileños llegó a través de su embajadora en Caracas, Glivânia Maria de Oliveira, quien le solicitó a la cancillería venezolana información sobre el paradero de Nahuel Gallo. Lo hizo tras una carta del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Argentina donde se pedía asistencia consular.

Pese a las diferencias que existen entre Lula y Javier Milei, desde el Palacio del Planalto en Brasil aseguran que seguirán insistiendo para dar con el paradero del gendarme detenido el 8 de diciembre, aunque toman distancia a medida de la cuestión escala al nivel político.

Es que, tras las declaraciones de Diosdado Cabello -ministro del Interior y Justicia y uno de los hombres más fuertes del régimen chavista- apuntando contra Patricia Bullrich, Milei y acusando a Nahuel Gallo de ser un terrorista e infiltrado que buscaba rescatar a los 6 dirigentes opositores refugiados en la residencia oficial de la Argentina, los países de la región empezaron a ver a la detención del gendarme bajo un paraguas netamente político.

Existe un compromiso de los países que forman parte del Mercosur de asumir la representación consular de un tercer Estado en caso excepcional, como sería el de la Argentina, que no tiene diplomáticos de misión en territorio venezolano por la decisión de Nicolás Maduro de expulsarlos tras las elecciones presidenciales. Este es el punto que esgrimió la Cancillería argentina cuando pidió colaboración de Brasilia.

Pero el gobierno de Lula toma distancia sobre este punto, entendiendo que, justamente, no se trata de un proceso consular. Así se lo hicieron saber al embajador argentino en Brasil, Daniel Raimondi, como así también al propio equipo de Gerardo Werthein durante una reunión en el edificio de la Cancillería esta semana con el representante diplomático brasileño en el país, Julio Bitelli.

Según pudo saber este medio, Colombia también respondió ante la carta diplomática de la Argentina con un tono colaborativo pero tomando distancia de los resultados que pueda obtener. El gobierno de Gustavo Petro también negocia con el chavismo la liberación de sus nacionales detenidos.

La incertidumbre envuelve las oficinas de la Casa Rosada y el Palacio San Martín porque no hay información certera sobre el paradero de Nahuel Gallo ni tampoco una previsibilidad clara sobre cómo seguir. Se iniciaron gestiones ante el papa Francisco, negociaciones en la OEA y hasta se evalúa la posibilidad de presentar reclamos en tribunales internacionales de Justicia con sede en La Haya. Pero, para todo, hay más dudas que certezas.

La familia del gendarme está en constante contacto con las autoridades argentinas, tanto en el país como desde Venezuela, desde donde buscan personalmente sede por sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar del chavismo para dar con Nahuel Gallo. Hasta ahora, sin resultados.

“Queremos saber cómo y dónde está, para luego ponerle un abogado y poder irnos a la Argentina, eso es todo lo que queremos”, relato con un tono de angustia María Gómez, la pareja del gendarme, durante una entrevista exclusiva con TN.

En esa misma conversación repitió lo que una y otra vez manifestó el Gobierno argentino: “Nahuel estaba viniendo a visitar a su hijo de casi dos años a Venezuela, es mentira lo que se dice de él de que es un espía o que llevaba adelante una misión de rescate”. Estos fueron los dichos que usó Diosdao Cabello y el canciller, Yván Gil.