La derrota de Argentina ante Croacia dejó a un claro futbolista apuntado: Wilfredo Caballero. Su error en el primer gol fue clave para el papelón posterior del equipo de Jorge Sampaoli. Tras el partido recibió numerosas críticas, pero hubo muchas que apuntaron directamente hacia su familia y su hija, sin conocer la dura historia que vivieron.

 

 

El arquero de 36 años sufrió en 2006 una de las peores noticias que podía recibir: su hija Guillermina sufrió un cáncer de retina cuando apenas tenía cuatro años.

 

"Mi mujer fue la que se dio cuenta de que algo pasaba en su vista, y un estudio descubrió el tumor, que era bastante grande. Cuando nos enteramos decidimos dejar todo y volvernos al país. Nos vinimos porque nos dijeron que acá estaba el doctor Julio Manzitti, que es de los mejores del mundo en esa especialidad", le contó Caballero al Gráfico, en 2013.

"Lo que le encontramos a Guillermina es un caso de no sé cuántos millones. Nos pusimos en contacto con muchos padres. Es increíble (se emociona) que pase esto a alguien tan pequeño. Nos tocó a nosotros sufrirlo. Fueron seis meses muy duros. A mí me tocó dejar el fútbol. Si no, no habría sido posible estar cerca de ella y de mi mujer, que lo necesitábamos", confesó en un diario de Málaga, ciudad en la que jugó desde 2011 ante 2014.

 

El arquero estuvo alejado del fútbol durante esos seis meses y José Pekerman lo invitó a entrenarse con los seleccionados juveniles de Argentina. Luego volvió al fútbol con la camiseta de Arsenal, donde jugó 13 partidos.

 

Guillermina superó el cáncer, pero no pudieron salvarle el ojo, ya que el tumor estaba bastante avanzado: "Estuvimos cinco años con controles, y ya está curada. A veces te doblás un tobillo y decís ‘ay, me duele, no puedo entrenarme’. Pavadas. Yo la veía a ella que salía de quimioterapia, que es algo que te deja tres días de cama, y llegaba a casa y quería saltar, jugar todo el tiempo. Es cuestión de ser positivo en la vida", explicó en declaraciones levantadas por el diario La Nación.

Caballero se equivocó groseramente ante Croacia, sí, no se puede negar, pero la mala intención de las críticas y hasta leer pedidos horrorosos sobre sus hijas, son esas cosas que el fútbol argentino alguna vez tiene que dejar de vivir.