En la tierra del Sol y del buen vino, Vinotinto para todos. Así se resume el histórico triunfo de Venezuela sobre Chile por 2-1 en cuartos de final de la Copa América. Un combo para la historia entre los venezolanos que por primera vez se metieron en semifinales del torneo continental, pero además se sacaron la espinita de haber derrotado a Chile por primera vez también en cruces por Copa América. Todo junto, para la historia. Como para decir que en el fútbol, todo es posible. Lo mejor del conjunto venezolano se vio en la primera parte. Ahí fue cuando manejó los tiempos a partir de la tenencia de la pelota y, con mucho orden, sacó su ventaja inicial. Luego, cuando Chile se le fue encima y lo puso contra las cuerdas, aguantó bien aunque le empataron y en el tramo final del partido, se las arregló para ir por la gloria y conseguirla con absoluta justicia.

Sabido era que Chile se hacía fuerte a partir de su trato de pelota y Venezuela empezó a ganarle desde el arranque cuando le dividió la tenencia y luego pasó a ser dueño del balón con el gran trabajo de González y Arango para cuidarla. La primera llegada del partido fue de Venezuela a través de Fedor, que remató débil. Luego, llegó con Arango. Chile no podía encontrar la pelota y con eso perdía potencia ofensiva porque Jiménez no podía abastecer a Suazo ni a Alexis Sánchez. Vidal llegó con peligro en un cabezazo pero Venezuela respondió a fondo en la primera pelota detenida que se le presentó. Llegó el centro desde la derecha y Vizcarrondo anticipó a todos en el vértice del área chica para poner el 1-0 sorpresivo pero merecido.

En el complemento, Borghi se jugó entero. Mandó a la cancha a Valdivia y ahí si Chile fue Chile. Lo acorraló a Venezuela, lo presionó y generó las opciones más claras para empatarlo. Dos tiros en los palos, una salvada providencial de Cichero en la línea y tres tapadas sensacionales de Renny Vega no alcanzaron para que Venezuela sostuviera esa ventaja mínima porque a los 24′ Suazo giró rápido en el área tras un pase de Sánchez y clavó la pelota en el ángulo para poner el 1-1 de la ilusión chilena. Parecía que se lo llevaba por delante pero Venezuela tomó aire y se acomodó bien. Empezó a jugar otra vez y a los 35′ encontró premio a su actitud cuando Cichero se encontró con un regalito del arquero Bravo para poner el 2-1 que hacía historia. Después, Chile, en su desesperación, se abrió y Venezuela pudo haberlo sentenciado. Rondón, Arango y Seijas tuvieron chances de estirar la ventaja y agrandar más aún la histórica noche de San Juan para los venezolanos. Estaba hecho. Chile, con todas sus ilusiones, se quedaba afuera. Venezuela y su hambre de gloria habían hecho historia.