Ayer culminó la edición 109 del Tour de Francia, el más veloz de la historia, el que ganó el danés Jonas Vingegaard, apoyado en la magnifica labor de un equipo armado por los directores del Jumbo Visma para romper el maleficio de las dos anteriores ediciones, cuando el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) los dejó con el gusto amargo en la boca.

El premio y honor de ganar en los Campos Elíseos de París la última etapa fue para el belga Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck), que se impuso en un sprint final, opacado por el festejo de los ciclistas del equipo neerlandés, que arribaron juntos festejando la victoria.

La última vuelta al histórico circuito por las calles de la capital francesa lo pasó el masivo pelotón, que había neutralizado al cuarteto formado por Max Schachmann (Bora-Hansgrohe), Antoine Duchesne, Olivier Le Gac (Groupama-FDJ) y Jonas Rutsch (EF Education-EasyPost).

En el último paso por el Arco del Triunfo, Pogacar dio espectáculo hasta el último kilómetro al atacar junto a Geraint Thomas y Filippo Ganna, ambos de INEOS-Grenadiers, la mejor escuadra del Tour. Pero el pelotón se rearmó y la jornada se decidió al sprint. No la luchó Wout van Aert (Jumbo-Visma), quien entró a meta acompañado de sus compañeros para festejar el gran trabajo del equipo del dueño de la malla amarilla.

Un fin de fiesta majestuoso para una "Grand Boucle" que tuvo de todo, en un recorrido más innovador con el regreso del temido pavés en la quinta jornada y con "La Super Planche des Belles Filles" como primer final en alto. Peleas prácticamente por todas las camisetas hasta el último día, aunque con un claro dominio de dos hombres del Jumbo: Jonas Vingegaard (general de la carrera y la montaña) y Wout Van Aert (regularidad, lo que en San Juan se conoce como metas sprinter).

El paseo triunfal sin incidentes fue para el campeón de la general, a sus 25 años, en un podio al atardecer en París que compartió con el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates), quien vio frustrado su sueño de conseguir su tercera victoria consecutiva. Junto a ellos, el británico Geraint Thomas (INEOS Grenadiers), que acabó tercero.

El Tour de 2022 encumbró al Jumbo-Visma al conseguir seis victorias de etapa y que animó una ronda sobresaliente, para muchos la mejor de los últimos tiempos.

Así, la prestigiosa despedida en la capital francesa tuvo como baluartes a un Van Aert super combativo, que postuló su ambición en todas las etapas para llevarse la malla verde de la clasificación por puntos, con el premio adicional de la victoria parcial en tres de ellas.

 

Gran dominio

Un monarca muy sólido

Después de dos frustraciones el Jumbo consiguió destronar a Tadej Pogacar, algo inimaginable tras su recital en las dos últimas rondas francesas. El encargado no fue su compatriota Primoz Roglic, quien evidenció su frustración un año más al abandonar, sino su compañero Vingegaard, que tomó el mando de la carrera en la undécima etapa, y no largó más la malla amarilla.

El propio Pogacar, hizo sufrir a su rival en los Pirineos, donde ganó una de las tres etapas montañosas de la última semana, pero su lucha se desquebrajó por completo en Hautacam, al quedarse a más de tres minutos de Vingegaard en la general

 

Una historia de superación

Un muchacho inestable que rompió con sus ataduras

El nuevo monarca del Tour de Francia, es un ciclista excepcional que en su adolescencia, y hasta hace poco debió lidiar con sus miedos a no rendir a pleno. Las noches en vela, y los vómitos previos a largar cada carrera martirizaron los días de carrera. Sus padres le aconsejaron que se alejara de una actividad que no disfrutaba. "Me gusta mucho…", respondía Jonas cada vez que intentaban convencerlo de que probara con otra cosa que no fuera la bicicleta.

Largas y numerosas sesiones de terapia con un mentalista le permitieron superar algo esos miedos, pero nunca pudo sacarse de encima los nervios. Entró en el equipo ColoQuick con 19 años, pero no le hicieron un contrato profesional: los dueños del team le pidieron que trabajara. Lo hizo: envasaba pescado en una fábrica.

La llegada de amor a su vida a mediados del 2018, cuando inicio su vida en pareja con Trine Marie Hansen, 11 años mayor, le cambió la manera de encarar sus responsabilidades profesionales.

Vecino de Hillerslev, un pueblo de apenas 500 habitantes donde sigue viviendo. Sus afectos más cercanos reconocen que su mujer lfue clave para que creciera en su autoestima, pero jamás consiguió despojarlo de sus miedos. El nacimiento de Frida, hija de ambos, ocurrido cuando Roglic fue lapidado por Pogacar hace dos años, fortaleció la relación, y empujó a Jonas a pensar que se podía. El año pasado escoltó al esloveno, y este año, cuando Roglic abandonó, el equipo confió en el "inestable" escalador, que no los defraudó.

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