El neerlandés Max Verstappen se afirmó como líder de la Fórmula 1 luego de imponerse ayer en el Gran Premio de Miami, quinta fecha del calendario que marcó su tercera victoria y acentuó el absoluto dominio de la escudería Red Bull.
El bicampeón titular de la categoría partió desde la novena posición y escaló hasta ubicarse al frente del pelotón tras dar cuenta en última instancia de su compañero Sergio "Checho" Pérez, autor de la pole position el sábado y aspirante a la punta del Mundial de Pilotos.
El mexicano, que llegaba de ganar en el callejero de Bakú, Azerbaiyán, finalizó en el segundo lugar de la carrera, por delante de Fernando Alonso (Aston Martin), quien firmó su cuarto podio en la campaña.
El británico George Russell, con Mercedes, se ubicó en el cuarto escalón y el español Carlos Sainz logró la mejor clasificación para Ferrari con la quinta colocación.
(Alpine) y el danés Kevin Magnussen (Haas).
Verstappen, ganador el año pasado en el mismo circuito estadounidense, comenzó la jornada con 6 puntos de diferencia y la finalizó con un margen de 13 unidades respecto de su compañero de equipo.
"Fue una buena carrera, traté de mantenerme fuera de problemas al principio y luego fui adelantando uno por uno. Pude mantenerme un tiempo largo con neumáticos duros. Fue una gran batalla al final con Checo", comentó el neerlandés, quien añadió este triunfo a los conseguidos en Bahréin y Melbourne.
"Lo intenté, lo di todo. Los neumáticos medios al principio fueron peor de lo esperado y eso comprometió nuestro ritmo. Max tuvo un ritmo tremendo, fue una victoria merecida para él", admitió el piloto mexicano.