El piloto neerlandés Max Verstappen (Red Bull) ganó ayer el Gran Premio de Australia, tercera fecha de la temporada de Fórmula 1, que fue interrumpida tres veces y terminó con los autos ingresando a la meta detrás del coche de seguridad.
Verstappen, actual bicampeón mundial, subió al podio por tercera vez en el año, esta vez en compañía del británico Lewis Hamilton (Mercedes) en el segundo lugar y del español Fernando Alonso (Aston Martín) en el tercero.
El neerlandés lidera el Mundial de Pilotos con 69 puntos acumulados con el triunfo en Melbourne, la victoria en Bahréin en la apertura y la P2 en Arabia Saudita detrás de su coequiper Sergio "Checo" Pérez, escolta en la general con 54 unidades.
Veerstappen era segundo de Hamilton cuando la primera bandera roja llegó en la octava vuelta en el circuito de Albert Park después de que el tailandés Alex Albon (Williams) perdiera la parte trasera de su monoplaza al golpearse con las barreras en la curva 6.
Red Bulla obtuvo la última victoria en Melbourne en 2011 mediante Sebastian Vettel.
Decretada la reanudación de la carrera, el bicampeón encontró el ritmo con su Red Bull y superó a Hamilton, que pudo firmar el primer podio de la temporada pero extendió su sequía de triunfos en la categoría reina.
Verstappen se encaminaba hacia su victoria número 37 con dos giros por cumplir sin imaginar el show de incidencias que sobrevendría en el final.
Primero por la colisión contra un muro del danés Kevin Magnussen (Haas), quien perdió el neumático trasero derecho. Y cuando las autoridades de la carrera decidieron reanudarla, un accidente múltiple entre los Alpine de Esteban Ocon y Pierre Gasly y la Ferrari del español Carlos Sainz provocó la tercera detención de la jornada.
"La carrera tuvo un poco caos, pero teníamos ese buen ritmo y hemos ganado, que es lo más importante. Es bueno para el equipo, que no ganaba en Australia desde hace mucho tiempo", señaló Verstappen. La próxima competencia será en Azerbaiyán, el 30 de abril.