Esta tarde se disputará la competencia ciclista clásica, de un día, más exigente que tiene el calendario sanjuanino, la Doble Difunta Correa. La prueba, que organiza el Cicles Club Alvear, tendrá un recorrido aproximado de 177 kilómetros, se iniciará en la Capital, y luego de cruzar Santa Lucía, 9 de Julio, entrar a Caucete, llegar hasta Vallecito y retornar, hasta cruzar parte de Rawson y sumergirse en Pocito, culminará luego de dar un par de circuitos, en el casco urbano del Departamento sureño, para concluir en la ancha Avenida Aberastain, en el cruce con calle Maurín.
El trayecto irregular de la ruta 141, con sus pronunciados ascensos y descensos, que tienen como punto de mayor exigencia superar la Cuesta de las Vacas, convierten a la competencia en un desafío constante para, primero mantenerse en carrera dentro del grupo de punta; después regular la energía evitando enredarse en ataques y contraataques que desgastan; para por último, contar con la lucidez mental y física que permita discutir un embalaje masivo, o coronar exitosamente alguna fuga de grupo pequeño que contó con el visto bueno del pelotón para consolidar una diferencia.
Tal cual se ha escrito en estas páginas, la Doble Difunta Correa tiene una historia especial. Su primera edición se realizó porque en 1947 un aluvión cortó el camino a Calingasta y debió suspenderse la, por entonces, segunda edición de la Doble Calingasta (NdeR: su primera versión fue en 1941 ganada por Hugo Blanco y la segunda en 1948, con el triunfo de Salvador Murcia).
Los ciclistas "Juniors" se sumarán en la ruta 141, frente a la ex estación Guayama.
Ese acontecimiento meteorológico, marcó el alumbramiento de "la Difunta", como refieren todos a la prueba, que desde su segunda edición realizada en 1961, y ganada por Néstor Giugni, se incorporó definitivamente al calendario rutero anual.
Ya se explicó, también, que es una carrera que todos los ciclistas quieren sumar a su palmarés, por lo que significa desde lo deportivo, es dura y exigente, y fundamentalmente por la devoción de fe, que despierta Deolinda Correa, en cada uno de ellos, quienes suelen "viajar" varias veces al año entrenando hasta su santuario en Vallecito.
Es una carrera que en los últimos años, y más con el profesionalismo adquirido por los equipos, se define en embalajes de, al menos, una veintena de hombres. Los más fuertes, los que sobrevivieron a los ataques que suelen darse desde bajada de bandera. Pero también, es una competencia que supo de victorias en solitario, como lo hizo Oscar Villalobo en 2004, o coronación de escapadas de un grupo pequeño, como ocurrió con Agustín Orlando Chavez, en 2002, cuando logró con Facundo Bazzi, hacerle una notable diferencia al pelotón y definieron mano a mano en los últimos cinco kilómetros.
Hoy, por quinta vez en su larga historia, se disputará un primero de enero. La primera vez que los aficionados llevaron los sanguchitos de la noche de Año Nuevo a la ruta, fue en 1989, cuando ganó la primera de sus cuatro ocasiones el riojano Raúl del Rosario Ruarte. Seis años después, en 1995 se impuso el primer día del año, Carlos Escudero (hijo). El bonaerense Juan José Haedo, ganó el 1 de enero de 2006; y el último en imponerse en esta fecha, fue Adrián Richeze en 2017.
Analizar previamente a una carrera como esta, suele ser una pérdida de tiempo. Por lo que propone desde su recorrido, por lo que puede influir la temperatura; y porque en el entrevero puede surgir alguna sorpresa, lo más criterioso, y hasta serio, es dejar que fluya, y que la guapeza de todos quienes la corren, sorprenda a todos lo que la esperan.
Desde el "Gallo" Toledo nadie logró un doblete
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Richeze puede igualar una marca con 22 años de vigencia
Una decena de pedalistas, repitieron victorias en la Difunta Correa. Los más ganadores, con 4 ediciones: Roberto Bernard (1975, "76, "78 y "81) y Raúl del Rosario Ruarte (1989, "91, "94 y "98). Gustavo Toledo, tres veces (1997, "99 y 2000). En tanto, 7 ciclistas consiguieron ganarla dos veces: Eduardo Bustos (1966 y "67), Héctor Andrés Segovia (1965 y "68); José Serrano (1971 y "72; Luis Espinoza (1974 y "84); Manuel "Topo" Recabarren (1979 y "82); Leonardo Ferreira (1990 y "92); y Ricardo Escuela (2013 y "15). Mauro Richeze, hermano de los ganadores de 2017 (Adrián) y 2019 (Maximiliano), que este año ganó la clásica Mendoza – San Juan, y la 3ra etapa de la Vuelta a Calingasta; que fue 3ro en la Doble Cerrillo; 4to en la Doble Media Agua; y 2do en la primera etapa de la Vuelta al Valle; tiene la oportunidad de igualar lo hecho por el "Gallo" Toledo, último en meter un doblete en el 2000.