Vélez y Boca Juniors empataron 0-0 por la fecha 9 de la Zona 2 de la Copa de la Liga, en un duelo que dejó a ambos equipos con más preocupaciones que certezas. El partido tuvo un polémico arbitraje de Patricio Loustau.
La primera mitad fue un reflejo perfecto de la situación que atraviesan ambos equipos. Sin ideas en ofensiva y con el mero orden atrás, ambos conjuntos protagonizaron 45 minutos para el olvido en los que hubo apenas un remate que fue dirigido bajo los tres palos por parte del cuadro local.
El Xeneize no encontró juego con Aaron Molinas ni con Pol Fernández, responsables de esa tarea. Tanta falta de creatividad tuvo, que Sández y Rojo intentaron patear desde la mitad de la cancha en dos ocasiones y sus tiros se fueron desviados. Arriba, se notó aislado a un combativo Vázquez y Villa, en varias oportunidades, retroscedió hasta la mitad del campo para tener algo de contacto con la pelota.
La más clara fue para Vélez, en un centro que Sebastián Sosa Sánchez desvió de cabeza y la pelota se fue apenas afuera por el segundo palo. Aunque lo mejor del Fortín se vio con la presión alta q ue intentó durante los 15 minutos de arranque y luego abandonó. Poco para rescatar en la primera mitad de dos conjuntos que vienen de perder categóricamente en sus debuts por la Copa Libertadores.
Para jugar el complemento, Battaglia mandó a la cancha a Óscar Romero por Molinas con la intención de cambiar la imagen. El paraguayo tuvo algunas buenas asociaciones con Villa, el más desequilibrante del Xeneize, pero lejos estuvo de ser determinante.
El colombiano fue lo más peligroso para el visitante sobre todo con sus desbordes por izquierda. Sus apariciones fueron determinantes, pero no más que la de Agustín Rossi, quien antes de la media hora de juego voló bajo sobre su palo para tapar un cabezazo de Garayalde en una pelota parada.
También hubo espacio para las polémicas y el VAR porque Boca Juniors reclamó un supuesto penal contra Villa en el área por un pisotón y Vélez pidió una clara mano de Varela en el área. Sin embargo, ni para Patricio Loustau en la cancha ni para Mauro Vigliano en la sala VOR, esas acciones fueron sancionables.
Al menos, con los ingresos de Eduardo Salvio y Juan Ramírez, Boca Juniors dejó una imagen más positiva que en la de la primera mitad, por mostrar una clara intención de atacar, pero siguió careciendo de juego asociado en zona de peligro. Mientras que Vélez pareció conformarse con el empate mucho antes del pitazo final y optó por replegarse en el fondo sin presionar arriba y sobre el final casi lo paga caro porque el arquero Hoyos tuvo que intervenir para ahogarle el grito de gol a Advíncula.
Con la igualdad, el Xeneize sigue en la zona alta del grupo en la misma línea que el líder Tigre aunque con menos diferencia de gol y a la espera de que Aldosivi y Estudiantes no ganen, para no ser sobrepasado en la tabla. El martes recibirá a Always Ready en la Bombonera en búsqueda de su primer triunfo en la Copa Libertadores y l uego, el domingo, será local ante Lanús.