Vélez Sarsfield superó esta noche a Unión La Calera, de ChiIe, por 2 a 1, en Liniers, y dio un gran paso para convertirse en uno de los dos clasificados por la Zona G de la Copa Libertadores a una fecha del final de la fase de grupos.
El partido comenzó a todo vapor, tal como lo indicaban en la previa las necesidades de ambos conjuntos, ya que desde el último lugar del grupo los chilenos dirigidos por Luca Marcogiuseppe, un entrerriano de 41 años que pertenece a la escudería de Marcelo Bielsa, de quien fue su ayudante de campo en Athletic de Bilbao, de España, tenían la última chance de aferrarse al segundo lugar del grupo.
Para Vélez, en tanto, la victoria resultaba imperiosa por sus buenas posibilidades numéricas y porque además termina de quedar eliminado de la Copa de la Liga Profesional por penales y como local ante Racing, dejando así prematuramente de lado uno de sus grandes objetivos del semestre como lo era volver a ganar un torneo local.
Y todo pareció encaminarse prematuramente para los dirigidos por Mauricio Pellegrino, porque ya a los 2 minutos estaban en ventaja a partir de un zurdazo cruzado de Cristian Tarragona, hoy como titular ante la ausencia de Juan Martín Lucero.
Pero esa precoz tranquilidad se esfumó en apenas tres minutos, porque a los cinco el visitante igualó con un precisó remate rasante de derecha de Jeisson Vargas que hizo estéril la estirada del brazo diestro del arquero Lucas Hoyos.
Pero a partir de ese frenético comienzo goleador la intensidad del desarrollo se fue diluyendo, con la pelota transitando cada vez más lejos de los arcos y, por consiguiente, las expectativas de emociones también se fueron alejando del contexto del partido.
Vélez recién se propuso acelerar como al comienzo en los últimos 10 minutos de ese período inicial, y apenas lo hizo, poco antes de los 40 llegó a la segunda conquista tras otra filosa subida por izquierda de ese lateral cada vez más productivo que es Francisco Ortega, quien cruzó un centro bajo que conectó Thiago Almada lanzándose al piso dentro del área chica, propiciando que el balón entrara por entre las piernas de Martín Arias.
La segunda etapa volvió a exhibir el mismo contexto futbolístico que hubo entre el empate chileno y la segunda conquista velezana, con el empate siempre al alcance de las manos para los conducidos por el extécnico de Real Pilar, del ascenso argentino, y los consecuentes riesgos que sufría la ajustada ventaja para los locales.
Por eso Pellegrino tomó nota de la situación y promediando la misma decidió el ingreso de Ricardo Centurión para romper líneas ante la buena contextura defensiva de los visitantes, algo que ya no podían lograr ni Almada ni mucho menos Agustín Bouzat.
Tampoco gestionaba bien ese ítem Lucas Janson, aunque su salida se demoró mucho más y quien es un buen especialista en eso de abrir cerrojos como lo es el juvenil Luca Orellano recién lo relevó cuando al partido ya le quedaba poco y nada.
Por eso fue que Vélez terminó sufriendo un partido en el que el único resultado que le cabía era el que traía desde las postrimerías del primer tiempo, aunque al final pudo celebrar y ponerse a esperar un par de horas para determinar si el resultado entre Flamengo, de Brasil, y Liga Deportiva Universitaria, de Quito, en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, le daba el pasaje a los octavos de final si los ecuatorianos no ganaban.