El púgil ucraniano Oleksandr Usyk (20-0-0, 13KO"s), campeón mundial peso pesado de tres versiones, volvió a derrotar ayer al inglés Anthony Joshua (24-3-0. 22KO"s), reteniendo sus cinturones y cerrando la polémica sobre si su victoria anterior había sido por méritos propios, y no por errores de su rival, sobrevalorado por sus manejadores.
No fue una pelea más para Oleksandr Usyk la que se llevó a cabo en el King Abdullah Sports City de Arabia Saudita. La victoria en un fallo dividido en las tarjetas ante Anthony Joshua marcó que continúa como campeón mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y la Federación Internacional de Boxeo (FIB), pero principalmente representó un triunfo para su gente.
El boxeador ucraniano de 35 años llegó a esta revancha contra el británico semanas después de haber peleado en la guerra que se desató en su nación ante la invasión rusa. En un combate marcado por la tensión, dos jueces lo vieron ganador con tarjetas de 115-113 y 116-112, contra uno de los árbitros que puntualizó en el triunfo de su rival por 115-113. Números suficientes para seguir siendo el propietario de los cinturones mundiales de los pesos pesados.
El evento, que tuvo como previa un nocaut espectacular de Callum Smith, tuvo una cierta paridad arriba del cuadrilátero con buenos pasajes de ambos boxeadores. Sin embargo, un detalle que marcó a Joshua para perder la tercera pelea de su vida: llegó como el retador y no hizo los méritos suficientes para convencer a los jueces. Siquiera tuvo pasajes de dominio absoluto que hayan puesto en jaque a Usyk. Y al campeón hay que ganarle con firmeza como lo había hecho precisamente el ucraniano ante él en septiembre del 2021 en Londres. Ahora queda esperar que Tyson Fury, campeón del CMB (Consejo Mundial) acepte una oferta para unificar, o se mantenga en su postura de colgar los guantes.