Soñar no cuesta nada y para Unión todo parece ser posible. En una marcha implacable en la Copa Argentina de fútbol y esta vez, sin la angustia de los penales, el Azul de Rawson se metió en la Fase Final del nuevo torneo de AFA al vencer por 2-1 a San Martín de Mendoza.
El mérito del equipo de Víctor Hugo Cabello volvió a estar en su capacidad de reacción y en el enorme atrevimiento del mismo entrenador que se jugó todo a ganador en el segundo tiempo, sacando a uno de los tres defensores que tenía para mandar a la cancha al Luto Molina, para juntarlo con Mariano Nuñez. Esa fue la apuesta. Esa fue la ficha ganadora y el acierto estuvo en el técnico, responsable absoluto de este gran paso.
El comienzo de Unión no fue cómodo. Empezó sorprendido por las individualidades en ataque de San Martín y a los 16’ ya perdía cuando Aciar cometió penal y Gustavo Reggi lo cambió por el gol chacarero. Ese 1-0 le complicó el panorama a un Unión que quería y no podía. Gigena tuvo su chance y su cabezazo se fue apenas desviado. Después, muchas más ganas que fútbol.
En el complemento, apareció la mística pero también el fútbol cuando se juntó el talento de Molina y con el de Nuñez, más el enorme corazón de todo el equipo. Así, llegó primero el empate de Alexander Lucero y luego, a los 24’, el gol de Rubén Gigena, cada vez más ídolo en Rawson. Después, fue mucha convicción, gran amor propio y una enorme personalidad para dar un paso gigante en un torneo al que Unión le encontró el gustito. Ya está en la Fase Final y quiere soñar a lo grande.
