Sin pena ni gloria paso en antepenúltimo capítulo del 102 Giro de Italia. El colombiano Esteban Chaves llegó primero a la bandera a cuadros en San Martino di Castrozza en una etapa de montaña que quedó descafeinada por la "tregua" que se dieron los favoritos de la general. Entraron todos juntos salvo el también colombiano Miguel Ángel López, que atacó en el tramo final para terminar arañando 44" en la clasificación. Todo podría decidirse hoy en la última jornada montañosa, donde los escaladores como el ecuatoriano Richard Carapaz y el italiano Vincenzo Nibali (primero y segundo de la carrera) tratarán de imponer su ley para ampliar la brecha con el esloveno
Primoz Roglic, que apunta sus cañones a la contrarreloj de 15 kilómetros en Verona que cerrará las acciones pasado mañana.
El desenlace de lo ocurrido ayer fue ideal para Carapaz, más cerca de convertirse en el primer ecuatoriano de la historia en ganar una gran vuelta. Sólo una debacle evitaría que lo lograra. Está siendo el más fuerte en la montaña, cuenta con un gregario de absoluto lujo como es Mikel Landa y está corriendo con una madurez abrumadora, como si ya contara con alguna grande en su corto palmarés.
Recordemos que es el segundo Giro que corre en toda su vida. El primero, el año pasado, sirvió para lanzar un aviso a navegantes al terminar en cuarta posición. Ahora es líder con total solidez y ayer volvió a demostrarlo. El único que quiso jugar fue el colombiano Miguel Ángel López, que atacó en los kilómetros finales, pero nadie se inmutó. Está lejos de los puestos de podio y su amenaza no agobiaba a nadie. Le dejaron hacer y el del Astana abrió hueco. Detrás, máxima pasividad de un Nibali al que todos esperaban pero no apareció. El "Tiburón" debió pensar que lo más sensato era ahorrar energías y esfuerzos de cara a la exigencia final de este fin de semana. A sus 34 años tiene poco o nada que demostrar y todo lo que haya guardado de cara a la jornada de hoy le podría servir para intentar dar la campanada en este Giro. Pero la sensación es que poco podrá hacer, si acaso defender su segundo puesto en la general. Su primer rival para ello, el esloveno Roglic, apareció por fin en un la montaña. Pero de forma exageradamente tímida. Un par de cambios de ritmo que en ningún momento sirvieron para abrir más de un metro de ventaja. Landa cerró todos los huecos demostrando que como gregario no tiene precio.
El vasco será un pieza clave en la última etapa de montaña. La otra etapa reina de esta edición tras la del Mortirolo, con más de 5.000 metros de desnivel acumulado y apenas sin descanso en todo el día. Arranca con 10 kilómetros llanos, los únicos de todo el día. Los otros 184 son para arriba, o para abajo. Deberán sortear tres puertos de segunda categoría y dos de primera con final en alto de Monte Avena (1ra), escenario de la batalla final con permiso de la crono de Verona, que puede ser menos decisiva.