La esgrimista surcoreana Shin A Lam se negó durante más de una hora a abandonar la pista como protesta por lo que creía un fallo injusto de los jueces tras ser vencida ayer en las semifinales de espada por la alemana Britta Heidemann.

Heidemann fue declarada ganadora por 6-5 con un punto final obtenido en el último segundo, muy discutido por Shin y el equipo surcoreano, que estimaban que había sido fuera del tiempo reglamentario. Shin permaneció en la pista llorando mientras los jueces deliberaban sobre la validez de la decisión, sesión que se demoró por 25 minutos.

Más tarde, después de conocer la confirmación de su derrota, la surcoreana permaneció otros 45 minutos en el lugar y se negaba reiteradamente a marcharse. Por su parte, el equipo de su país dialogaba con los jueces y protestaba el fallo. De acuerdo a las reglas, de no haber contado el punto final y haber finalizado 5-5 el marcador, Shin hubiese sido finalista. Tras varios intentos por convencerla, Shin abandonó la pista entre lágrimas y en medio de la ovación del público. "En realidad fui yo quien ganó", declaró luego la esgrimista.

Por tal motivo, se demoró la final entre Heidemann y la ucraniana Yana Shemyakina, vencedora de la china Sun Yujie 14-13. Shin perdió luego la lucha por el bronce ante Yujie por 15-11.