Nombres le sobran. Calidad, oficio y categoría tiene para regalar, pero todavía no es equipo. Unión está en eso y para mostrar que tiene argumentos para edificar un conjunto, le basta por ahora con el peso de todas sus individualidades. Por eso, jugando de a ratos y con ráfagas de buen fútbol, le alcanzó para ganarle a Atlético Alianza por 2-1 en la tercera fecha de la Zona 7 del Argentino B. Sin que le sobre nada, pero con absoluta justicia por su capacidad para reaccionar en el momento justo. Al minuto, el madrugón había sido de Atlético Alianza con una aparición sensacional de Renzo Ahumada que congeló el ‘12 de Octubre’, pero Unión sacó pecho, se recuperó rápido y a los 7’ ya estaba 1-1 con la sutil definición de Javier Villaseca que vio adelantado a Quiroga y puso el 1-1 de emboquillada. Ahí, se soltó la ráfaga azul porque apareció la capacidad conductora del Luto Molina y a su ritmo, Unión fue más. En esos 20 minutos que siguieron al empate, jugó lo mejor de todo el partido. A los 21’ el propio Luto lo tuvo de cabeza, pero se comió el gol increíble hasta que a los 29’, el jachallero Cristian Pérez empezó a pagar con goles su llegada al imperio azul y puso el 2-1 para aprovechar al máximo la reacción de Unión que en menos de media hora dio vuelta el resultado. En el complemento, Atlético Alianza entendió que había regalado el primer tiempo con su planteo. Pepe Bravo cambió todo. De atacar con un solo punta, pasó a tener dos delanteros y a defender con tres. Le quitó la pelota a Unión, pero le faltaron argumentos más allá de las apariciones de Renzo Ahumada para llegar al empate. A los 15’ Sergio Córdoba lo tuvo casi abajo del arco pero no pudo. Unión, parado ya definitivamente para la contra, esperó el momento de liquidarlo pero no se le dio. La más clara la tuvo Pérez pero no pudo con el arquero Quiroga. Unión, en una ráfaga, lo ganó. Solamente, eso.