58 corredores inscriptos para la primera edición de la ‘Rutas del Libertador’ y 49 anteayer en una versión más del circuito ‘Homenaje al Ciclista’ son la elocuente respuesta a la merma de interés que se produce en el calendario luego de la realización de la Vuelta a San Juan. Varios son los factores que influyen, algunos de índole propia de los equipos y otros organizativos.

Sabido es que luego de la Vuelta las escuadras continentales dan prioridad a otros objetivos. Unos relacionados con el descanso de sus ciclistas y otros apuntados a diferentes propuestas competitivas, como lo han sido en este caso el Tour Colombia 2.1 para la Agrupación Virgen de Fátima y la Vuelta a Mendoza para el SEP-San Juan. 

Esa realidad no es nueva, por lo que se presenta, al menos, curioso que se haya hecho ‘competir’ a una carrera del calendario rutero local con la Vuelta para Master y Elite II, restando una treintena de ciclistas, al menos a la ‘Rutas del Libertador’, porque en las pruebas de una etapa, que demandan menos gastos en auxilios y demás, suelen ‘prenderse’ los denominados, oficialmente, Individuales. Quienes hacen un esfuerzo mayúsculo para participar, sabiendo que sus posibilidades de victoria son ínfimas con todos los equipos continentales armados; decidieron correr la prueba armada exclusivamente para ellos. Algo tan elemental, como lógico.

Con estos argumentos sobre la mesa, la pregunta del millón es: ¿cuál es el motivo por el que los clubes persisten en su empeño de montar carreras cuyo destino contrasta con el brillo que se les ‘vende’ a sus sponsor?