El 16 de noviembre del 2021, exactamente diez años y ocho meses después de su inauguración, quedará marcado a fuego porque el Estadio del Bicentenario vivió su noche más importante con el histórico e irrepetible Argentina-Brasil, el clásico de selecciones de primer nivel mundial que se jugó ante la mirada de todo el planeta futbolero.

Este martes se vivió un momento único, no sólo por la calidad de los jugadores de ambos equipos, sino también por el contexto en el que se disputó el partido. A pesar de que Neymar y otras figuras como Casemiro y Firmino estuvieron ausentes con aviso en el césped del Gigante pocitano, el choque de potencias sudamericanas en San Juan tuvo todos los condimentos para considerarlo histórico.

El cruce entre argentinos y los ya clasificados brasileños en el Bicentenario, fue el primero después de la inolvidable final de la Copa América en el Maracaná, donde Argentina cortó una sequía de 28 años sin títulos. Luego de aquel partido disputaron apenas cinco minutos en San Pablo por Eliminatorias Sudamericanas pero fue suspendido de manera insólita por las autoridades sanitarias de aquel país y aún no tiene resolución.

Podría haberse jugado en estadios como el Monumental, La Bombonera u otro del país, que llegan a duplicar y hasta triplicar la capacidad del Bicentenario, pero fue en San Juan y a estadio lleno, marcando también el inicio los eventos con capacidad completa a nivel nacional.

Las 25 mil almas que coparon desde temprano las tribunas estuvieron a la altura del partido y vibraron con las gambetas de Lionel Messi, los desbordes de Ángel Di María, el empuje de Rodrigo Paul y las atajadas del Dibu Martínez. Hubo banderas y cánticos para todos los gustos, evocando a Diego Armando Maradona, alentando a la Pulga y, por supuesto, como no podía ser de otra manera, en contra de Brasil.

El histórico partido de Argentina frente a Brasil en el Bicentenario, el segundo oficial de la Albiceleste en San Juan tras el triunfo frente a Colombia del 2016, cerró una serie de tres días donde la provincia estuvo conmocionada por La Scaloneta, dando una muestra más de que los hinchas recuperaron el amor por la Selección y generaron un fuerte vínculo a partir de la conquista de la Copa América y su posterior buen desempeño.

Fanáticos sanjuaninos, pero también de todo el país y de otros países, coparon San Juan desde el domingo en la convulsionada venta de entradas, recibieron a la delegación argentina en una turbulenta llegada al hotel y vibraron segundo a segundo con la presentación de Messi y compañía en el refaccionado Estadio del Bicentenario.

Fue una noche mágica ante los ojos del mundo y San Juan disfrutó del partido más importante que se haya jugado en estas tierras, por el contexto, por las estrellas que brillaron en el Bicentenario a pesar de las ausencias y por la calidez del público. Irrepetible.